El dolor por la muerte de Diego Maradona sigue fresco en la sociedad. Sin lugar a dudas que todavía no se pasó la página y son muchos los que todavía comparten su tristeza por el fallecimiento del mejor jugador de la historia. Es el caso de Sergio Goycochea, quien estuvo de visita en Los Mammones y, además de recordar anécdotas insólitas junto al ídolo, confesó entre lágrimas que todavía no puede creerlo.
Al repasar la carrera de Goycochea fue inevitable reparar en los momentos que compartió con Maradona, sobre todo los que con el tiempo se revelan un tanto insólitos. En ese sentido, recordó una escena que vivieron los dos en un hotel de Noruega alrededor del 2006: “Estábamos sentados en el sauna y vemos a un hombre sentado con una carpetita de plástico con una hoja y una lapicera. El tipo se alquiló una habitación, se fue al sauna y esperó a que viniera Diego, no sé cuánto hacía que estaba, para hacerle firmar el autógrafo”.
Esas historias muestran, según Goycochea, la atracción que ejercía la figura de su amigo, incluso en un lugar que no parece ser tan futbolero como Noruega. Esos momento que el ex arquero recuerda con alegría contrastan con la tristeza por la partida de su amigo y compañero: “Hasta el día de hoy me parece mentira que haya muerto. Me chocó muchísimo, se te va un pedazo de tu vida, son muchas cosas vividas, muchas emociones”.
El ex arquero aún recuerda cómo lo golpeó la noticia, pero confesó que no fue nada en comparación con el día del funeral en Casa de Gobierno: “La última vez que había estado con Diego ahí fue en el balcón, festejando lo del Mundial ’90. Cuando fui, entré, esperé y tuve tiempo para tranquilizarme. Cuando encaro el cajón, no lo pude ver. Llegué a un metro y medio y salí corriendo en llanto, no podía parar de llorar. Tenía la construcción en la cabeza de saltar y festejar, del abrazo en los penales, y llegar ahí y verlo fue como un sueño, no quería reconocerlo”.
Al igual que muchos allegados al ídolo, Goycochea lamentó el estado de salud en el que estaba Maradona en sus últimos días: “Hoy la gente se queda con la imagen de su último cumpleaños, perdido, sin poder caminar, pero ese no era Diego. Yo tengo en el corazón a otra persona”, dijo al borde de las lágrimas.