Cuando se trata de tarjetas de crédito y débito, puede que mucha gente se sienta confundida por las semejanzas que comparten en apariencia. Cabe destacar, que en las últimas dos décadas el pago con tarjetas se volvió muy popular y el uso del billete perdió relevancia, lo que hace que la gente pague casi todo con débito o crédito y que la mayoría de los locales deban tener el sistema para aceptarlo, desde estaciones de servicio a comercios de barrio.
Sin embargo, detrás de esos plásticos se esconden diferencias significativas que es crucial entender para evitar confusiones al momento de utilizarlas. En este artículo, todas las diferencias para tener en cuenta a la hora de pagar y no ver nuestro dinero comprometido.
Qué diferencias existen
La disparidad más evidente entre estos dos tipos de tarjetas radica en la manera en que se manejan los fondos al hacer una compra. Mientras que la tarjeta de débito extrae dinero directamente de una cuenta bancaria asociada, la tarjeta de crédito permite realizar transacciones utilizando un préstamo otorgado por la entidad financiera.
En el caso de la tarjeta de débito, esta suele ser la primera incursión financiera para muchas personas, ya que se obtiene habitualmente a través del trabajo y se utiliza para depositar salarios. Funciona de manera similar a una chequera electrónica, permitiendo compras y retiros de efectivo, además de facilitar la gestión de finanzas personales.
Por otro lado, la tarjeta de crédito ofrece una mayor flexibilidad al permitir realizar compras en cuotas, gracias a la financiación proporcionada por el banco emisor. Al ingresar los datos de la tarjeta durante una transacción, se inicia un proceso de préstamo y la entidad financiera establece la deuda con el titular de la tarjeta.
Los costos
En cuanto a tarifas y comisiones, las tarjetas de débito suelen tener menos cargos, aunque puede haber excepciones como el reemplazo del plástico extraviado o el retiro de efectivo en cajeros automáticos fuera de la red del banco emisor. En cambio, las tarjetas de crédito pueden estar sujetas a comisiones por anualidad, mantenimiento, pagos atrasados o disposiciones de efectivo, además de acumular intereses en caso de no pagar el saldo total cada mes.
A pesar de sus diferencias, ambas tarjetas son herramientas financieras útiles que ofrecen una alternativa conveniente al uso de efectivo. Tanto la tarjeta de crédito como la de débito son opciones populares para el día a día, proporcionando comodidad y seguridad en las transacciones. Cabe destacar que muchas empresas brindan tarjetas de crédito de forma fácil y sencilla, y su pedido es de forma online sin la necesidad de gastar tiempo en un banco u organismo.
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