Aunque es normal y frecuente despertarse con sed, cuando ésta es excesiva y prolongada, puede ser una señal de una enfermedad subyacente. Este síntoma no debe tomarse a la ligera, ya que puede estar asociado con problemas de salud graves. Entre los síntomas adicionales que pueden acompañar a la sed excesiva, se incluyen el hambre inusual y la pérdida de peso inexplicable.
Beber agua es fundamental para la salud, pero una sed excesiva y constante puede ser indicativa de un problema físico o emocional. En particular, la sed excesiva es un síntoma común de la diabetes. La diabetes se caracteriza por niveles elevados de azúcar en la sangre, lo que provoca que los riñones trabajen más para filtrar y absorber la glucosa.
Según los expertos, cuando los riñones no pueden manejar el exceso de glucosa, ésta se elimina a través de la orina, llevándose consigo líquidos de los tejidos del cuerpo. Esto provoca deshidratación y una sensación continua de sed. A medida que la persona bebe más líquidos para aliviar la sed, aumenta la frecuencia de la micción.
Diabetes: cuáles son sus síntomas comunes
Además de la sed excesiva, hay varios otros síntomas que pueden indicar la presencia de diabetes. La Asociación Americana de Diabetes recomienda que los adultos se sometan a pruebas de detección de diabetes a partir de los 35 años. Algunos de los síntomas clave a tener en cuenta incluyen:
- Micción frecuente: la necesidad de orinar con más frecuencia de lo habitual.
- Pérdida de peso involuntaria: bajar de peso sin razón aparente.
- Presencia de cetonas en la orina: un subproducto de la descomposición muscular y grasa que ocurre cuando no hay suficiente insulina disponible.
- Cansancio y debilidad: sensación constante de fatiga.
- Irritabilidad y cambios en el estado de ánimo: alteraciones emocionales inexplicables.
- Visión borrosa: dificultad para ver con claridad.
- Llagas que tardan en cicatrizar: heridas que no se curan rápidamente.
- Infecciones frecuentes: particularmente en las encías, la piel o la vagina.
Estos síntomas no siempre son fáciles de detectar. De hecho, muchas personas pueden tener diabetes tipo 2 durante varios años antes de recibir un diagnóstico, ya que los síntomas pueden desarrollarse gradualmente. Generalmente eso es lo que sucede, por lo que lo mejor que podés hacer es ir a un médico en cuanto empieces a notar alguno de estos síntomas con una regular frecuencia.
Prevención y control de la diabetes: qué hacer
Para mantener la diabetes bajo control y prevenir sus complicaciones, es fundamental llevar una dieta balanceada y realizar actividad física regularmente. Además, es importante estar atento a los síntomas y realizarse chequeos médicos periódicos.