Los abrazos son gestos de amor que nos hacen sentir el vínculo emocional con las personas. Cuando alguien nos abraza, nuestro organismo libera oxitocina, una hormona que nos brinda bienestar y reduce el estrés. Además, los abrazos tienen beneficios emocionales, mentales y físicos.
Nuestro sentido del tacto es poderoso para el cerebro. Cuando nos abrazan, nuestra piel envía señales a la parte del cerebro encargada de procesar las emociones, desencadenando una serie de señales neurológicas y liberando hormonas que nos ayudan a reducir el estrés y sentirnos bien.
Según el Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP), abrazar es un gesto que se practica desde el primer año de vida y libera hormonas como la oxitocina, la serotonina y las endorfinas durante el contacto físico. Los abrazos son especialmente importantes para el desarrollo físico y mental de los bebés y los niños. De hecho, el contacto cercano entre madre e hijo durante la lactancia materna tiene beneficios para ambos.
Cuál es el impacto de los abrazos en nuestra salud
Estos abrazos también tienen impacto en las relaciones familiares y matrimoniales, combaten el insomnio, reducen el estrés, aumentan la autoestima, estimulan el desarrollo neuronal y previenen enfermedades. Incluso se demostró que los abrazos mejoran la calidad de vida y pueden prolongarla, estimulan nuestros sentidos y nos ayudan a controlar el apetito. Por el contrario, la falta de afecto puede llevar a hábitos negativos como comer en exceso, fumar o consumir alcohol en exceso.
Qué fruta hay que comer para prevenir las cataratas: cuáles son sus propiedades
Aunque el deterioro de la vista es un resultado inevitable del envejecimiento, las cataratas son una de las afecciones más comunes que impactan la visión. Estas se caracterizan por una zona nublada en el cristalino, lo que ocasiona visión borrosa, sensibilidad a la luz y otros síntomas. Si bien es posible tratarlas quirúrgicamente, existe evidencia que sugiere que una fruta en particular podría ayudar a prevenir o retrasar su aparición: la uva blanca.
La uva blanca, en particular, se distingue por su elevado contenido de antioxidantes y vitaminas, lo que la convierte en beneficiosa para la salud visual. De acuerdo con la Clínica Baviera en Alemania, la uva blanca contribuye a prevenir enfermedades oculares relacionadas con el envejecimiento, como las cataratas y la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE). Además, disminuye el estrés oxidativo en la retina, aportando protección contra el glaucoma. Incluso podría ser más benéfica para la visión que la zanahoria, según los expertos.
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A medida que las personas envejecen, las proteínas en el cristalino del ojo comienzan a descomponerse de forma natural, lo que puede propiciar la formación de cataratas. Además del envejecimiento, factores como antecedentes familiares de cataratas, presencia de diabetes, lesiones oculares graves, cirugías oculares, uso de esteroides y la radioterapia pueden incrementar el riesgo de desarrollarlas. El hábito de fumar, el consumo excesivo de alcohol y la exposición prolongada al sol sin protección también pueden acelerar esta enfermedad.
La oftalmóloga Rebecca J. Taylor de la Academia Americana de Oftalmología, de Estados Unidos, destacó que ciertos nutrientes contribuyen a preservar la salud ocular y reducir el riesgo de enfermedades oculares. Una alimentación baja en grasas y rica en frutas, verduras y granos enteros resulta beneficiosa tanto para la salud cardiovascular como para la salud de los ojos.
Al igual que la zanahoria, otras frutas y verduras de color naranja, además de las frutas cítricas, se recomiendan para mantener una buena salud visual. La vitamina A, presente en estos alimentos, resulta crucial para la salud de la retina. Adicionalmente, la vitamina C, que se encuentra en frutas como naranjas, mandarinas, duraznos y fresas, es esencial para la salud de la visión.
Inicialmente, las cataratas pueden ser asintomáticas, pero a medida que avanzan, pueden afectar la visión de diversas formas. Desde visión borrosa hasta dificultad para ver de noche o sensibilidad a la luz, por lo que es importante estar atento a cualquier cambio en la visión que pueda indicar la presencia de cataratas.