Este 22 de julio, la Iglesia Católica conmemora la vida y obra de María Magdalena, una figura fundamental en el cristianismo. Nació en la localidad de Magdala, cerca de Tiberíades. María Magdalena fue una de las mujeres que acompañaron y siguieron a Jesús en su camino.
Esta mujer es reconocida por su cercanía con Jesús durante los momentos más trascendentes de su vida. Fue testigo de su crucifixión, incluso se menciona como la segunda persona a la que se hace referencia mientras Jesús fallecía en la cruz. Además, María fue la primera en ver a Jesús resucitado en su tumba, siendo testigo de su resurrección.
A lo largo de la historia, se ha relacionado el nombre de María Magdalena con tres identidades diferentes. Algunos la identifican como María de Betania, la hermana de Lázaro. Otros la consideran como María, la pecadora de Galilea, quien se casó con Simón el fariseo y ungió los pies de Cristo con sus lágrimas. También se la asocia con la mujer que perfumó la cabeza de Jesús.
A pesar de no tener certezas sobre su verdadera identidad, la tradición occidental unificò estas tres figuras en torno a María Magdalena, en gran medida gracias a la influencia del Papa Gregorio Magno. El Santo Padre Francisco tomó la decisión de establecer la fiesta litúrgica de María Magdalena en el contexto del Jubileo de la Misericordia, para subrayar la relevancia de esta mujer que mostró un gran amor a Cristo.
El Papa Benedicto XVI, en el año 2006, resumió con precisión la relevancia de Santa María Magdalena para la vida cristiana: “La historia de María de Magdala recuerda a todos una verdad fundamental: discípulo de Cristo es quien, en la experiencia de la debilidad humana, ha tenido la humildad de pedirle ayuda, ha sido curado por él, y le ha seguido de cerca, convirtiéndose en testigo de la potencia de su amor misericordioso, que es más fuerte que el pecado y la muerte”.
Oración a María Magdalena
Señor, Dios nuestro, Cristo, tu unigénito, confió, antes que a nadie, a María Magdalena la misión de anunciar a los suyos la alegría pascual; concédenos a nosotros, por la intercesión y el ejemplo de aquella cuya fiesta celebramos, anunciar siempre a Cristo resucitado y verle un día glorioso en el reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Santoral del 22 de julio
- San Anastasio de Suania
- San Cirilo de Antioquía
- San Gualterio de Lodi
- San Jerónimo de Pavía
- San Meneleo de Menat
- San Platón de Ancira
- Santa Síntiques de Filipos
- San Vandregisilo de Fontenelle
- Beato Agustín de Biella Fangi
- Beato Jacobo Lombardie