Este domingo 11 de agosto se honra la figura de Santa Clara de Asís en la Iglesia Católica. Nació el 16 de julio de 1194 y desde pequeña demostró una devoción extrema hacia la oración y la mortificación.
A los 18 años, fue inspirada por las palabras de San Francisco de Asís y decidió buscar su ayuda para vivir según el Evangelio. San Francisco, reconociendo su alma escogida, le concedió ayuda y la vistió con una túnica y un velo el 20 de marzo de 1212.
Inicialmente, Clara fue instalada en un monasterio de benedictinas, pero luego la trasladaron a Sant'Angelo in Panzo, otro monasterio de benedictinas. Finalmente, San Francisco la estableció junto a otras mujeres que huían del mundo en un alojamiento adjunto a la capilla de San Damián, donde fundó la Orden de las Damas Pobres, conocidas también como Clarisas.
Clara y sus compañeras no tenían una regla escrita al principio, pero más tarde les otorgaron una basada en la de San Benito. Sin embargo, Clara luchó por mantener la absoluta pobreza prescrita por San Francisco y logró que el papa Inocente IV confirmara la regla de las Clarisas.
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Clara gobernó como abadesa en San Damiano hasta su muerte el 11 de agosto de 1253. Durante su vida, fue un ejemplo vivo de pobreza, humildad y mortificación. Tenía una devoción especial hacia la Eucaristía y se dedicaba a labores manuales. Además, ayudó y animó a San Francisco en su misión y estuvo presente en su lecho de muerte. Dos años después de su fallecimiento, Clara fue canonizada por el papa Alejandro IV.
Los restos de Clara fueron trasladados a la iglesia de Santa Clara en Asís y su tumba fue descubierta en 1850, siendo trasladados sus huesos a la cripta de Santa Chiara en 1872. La fiesta de Santa Clara se celebra el 11 de agosto en toda la Iglesia.
Oración a Santa Clara de Asís
Gloriosísima virgen
y dignísima madre santa Clara de Asís,
espejo clarísimo de santidad y pureza,
base firme de la más viva fe,
llamarada de perfecta claridad
y erario riquísimo de todas las virtudes.
Por todos estos favores con que
el Divino Esposo os colmó,
y por la especial prerrogativa
de haber hecho a vuestra alma
trono de su infinita grandeza,
alcánzanos de tu inmensa piedad,
que limpie nuestras almas
de las manchas y de las culpas,
y, destituidas de todo efecto terreno,
sean templo digno de su morada.
También te suplicamos por la paz
y tranquilidad de la Iglesia,
para que se conserve siempre en la unidad de fe,
de la santidad y de las costumbres,
que la hacen incontrastable
a los esfuerzos de sus enemigos.
Y si fuese para mayor gloria de Dios
y bien espiritual mío
concededme, os ruego
cuanto pido en esta oración,
y el favor especial que tanto necesito:
(hacer la petición).
Apiadaros de mi y conseguidme
rápida y favorable solución
a esta urgente y apremiante solicitud,
que agobia y entristece mi corazón.
Vos, como Madre y protectora,
no me abandonéis en este difícil trance,
presentad mis deseos ante el Trono de Dios,
pues yo confío en la bondad infinita,
que por vuestros méritos alcanzaré,
para mayor honra y gloria
de Nuestro Señor,
que vive y reina por los siglos de los siglos,
Amén.
Santoral del 11 de agosto
- San Alejandro Carbonero
- Santa Atracta
- San Casiano de Benevento
- San Equicio de Valeria
- Santa Filomena
- San Gaugerico de Cambrai
- San Rufino de Asís
- Santa Rustícola de Arlés
- Santa Susana de Roma
- San Taurino de Évreux
- San Tiburcio de Roma
- Beato Juan Jorge Rhem
- Beato Mauricio Tornay
- Beato Miguel Domingo Cendra
- Beato Rafael Alonso Gutiérrez