San Juan Francisco de Regis, santo patrono de la humildad y la fidelidad a Cristo, es recordado este 16 de junio por su dedicación al ministerio pastoral y su labor misionera entre los más necesitados. Nació el 31 de enero de 1597 en Francia y fue un sacerdote jesuita del siglo XVII que se destacó por su compasión y capacidad para acercar a las personas a la fe católica.
A lo largo de su vida, predicó la palabra de Cristo, atendió a los necesitados y luchó contra la ignorancia y la superstición en áreas rurales y remotas de su país. Además, fundó casas de acogida y hospitales para ayudar a los más necesitados.
Los jesuitas franceses lo tienen como su santo patrono, mientras que la Iglesia toda, por determinación del Papa Pío XII, lo venera como “patrono de los misioneros rurales”. Nació el 31 de enero de 1597 en una pequeña aldea de la región de Languedoc en Francia y en 1611 ingresó al prestigioso colegio jesuita de la ciudad de Béziers, en donde integraría la Congregación Mariana.
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En 1630, a los 33 años, fue ordenado sacerdote y al año siguiente fue enviado como misionero a su pueblo natal. Se sentía servidor del pueblo, al que amaba como Cristo amó al suyo y también fue el inicio de un largo itinerario misionero en las más diversas zonas rurales de Francia
Falleció el 31 de diciembre de 1640 a la edad de 43 años. Fue beatificado el 18 de mayo de 1716 por Clemente XI y canonizado el 16 de junio de 1737 por Clemente XII. Su festividad se celebra el 16 de junio en el calendario litúrgico católico, en honor a su vida santa y dedicación al servicio de Dios y de los demás.
Su cuerpo fue trasladado a un altar el 30 de septiembre de 1716. La iglesia donde se encontraban sus restos se convirtió en un lugar de peregrinación, por lo que se construyó una segunda iglesia mayor, con la misma orientación, entre 1744 y 1754. La actual basílica se comenzó a construir en 1865 y fue consagrada en 1877 con el nombre de san Juan Francisco Regis, aunque su construcción finalizó recién en el 1900.
Grandes devotos como San Juan María Vianney y San Marcelino Champagnat atribuyeron a su intercesión el poder de superar obstáculos en sus caminos hacia el seminario.
Oración a San Juan Francisco Regis
Tú, Señor, que concediste a San Juan Francisco de Regis el don de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde,
concédenos también a nosotros, por intercesión de este santo,
la gracia de que, viviendo fielmente nuestra vocación cristiana,
imitemos la perfección que nos propones en la persona de tu Hijo,
que vive y reina contigo, por los siglos de los siglos.
Amén
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