La Iglesia Católica conmemora este lunea 15 de julio la vida y obra de San Buenaventura, general de los franciscanos y cardenal. Nació en el año 1221 en Bagnorea, Italia, y desde joven se unió a la orden franciscana. Luego se estableció en París, donde completó sus estudios teológicos en La Sorbona, siendo discípulo de Alejandro de Hales.
Durante su tiempo en París, San Buenaventura también enseñó a los frailes menores, lo que le ganó prestigio y respeto dentro de la orden. En 1257, fue elegido como general de los franciscanos, y desde ese cargo se esforzó por preservar la tradición del fundador de la orden, San Francisco de Asís.
San Buenaventura fue nombrado general de los franciscanos y cardenal por el Papa Gregorio X. Su sabiduría y contribuciones a la Iglesia lo llevaron a ser canonizado en el año 1482 por Sixto IV, y el Papa Sixto V le otorgó el título de doctor de la Iglesia.
Hoy, la Iglesia Católica celebra la vida y legado de San Buenaventura, recordando su dedicación y servicio a la orden franciscana y a la fe católica. Cada santoral católico es una oportunidad de honrar a aquellos que fueron reconocidos por la Iglesia como santos o beatos en una fecha específica. Que San Buenaventura sea ejemplo para todos nosotros en nuestra búsqueda de la santidad y en nuestra entrega al servicio de Dios y de los demás.
San Buenaventura se caracterizaba por la sencillez, la humildad y la caridad. Mereció el título de "Doctor Seráfico" por las virtudes angélicas que realzaban su saber. Fue canonizado en 1482 y declarado Doctor de la Iglesia en 1588.
Oración de San Buenaventura
Traspasa, dulcísimo Jesús y Señor mío, los senos más escondidos de mi alma con el suavísimo y saludabilísimo dardo de tu amor y de una verdadera y pura caridad, tal como la que llenaba el corazón de los Santos Apóstoles, a fin de que desfallezca y se derrita sólo en amor tuyo y en deseo de poseerte.
Que ansíe por Ti, que desfallezca en tus atrios, y que no aspire más que a verse libre para unirse contigo. Haz que mi alma tenga hambre de Ti, oh Pan de los Ángeles, alimento de almas santas, pan nuestro cotidiano, lleno de fortaleza, de dulzura, de suavidad, que a cuantos con él se nutren hace sentir las delicias de su sabor.
¡Oh Jesús a quien los Ángeles desean siempre contemplar, haz que mi corazón sin cesar tenga hambre de Ti, se alimente de Ti, y lo más profundo de mi alma sea regalado con la dulzura de tus delicias. Que mi corazón tenga siempre sed de Ti, oh fuente de vida, manantial de sabiduría y de ciencia, río de luz eterna, torrente de delicias, abundancia de la casa de Dios.
Que no ambicione otra cosa sino poseerte, que te busque y te encuentre, que a Ti me dirija y a Ti llegue, en Ti piense, de Ti hable y todo lo haga en loor y gloria de tu nombre, con humildad y discreción, con amor y deleite, con facilidad y afecto, con perseverancia hasta el fin; y que Tú sólo seas siempre mi esperanza, toda mi confianza, mis riquezas, mi deleite, mi contento, mi gozo, mi descanso y mi tranquilidad, mi paz, mi suavidad, mi olor, mi dulcedumbre, mi alimento, mi comida, mi refugio, mi auxilio, mi sabiduría, mi heredad, mi posesión, mi tesoro, en el cual esté siempre fija, firme y hondamente arraigada mi alma y mi corazón.
Amén.
Santoral del 15 de julio
- San Abudemio de Ténedo
- San Andrés Nguyên Kim Thông Nam
- San Ansuero y compañeros
- San Atanasio de Nápoles
- San Catulino y compañeros
- San David de Suecia
- San Felipe de Alejandríay diez niños mártires
- San Félix de Tibiuca
- San Gumberto de Ansbach
- San Jacobo de Nísibe
- San José de Tesalónica
- San Pedro Nguyên Bá Tuân
- San Plequelmo de Roermond
- San Pompilio Maria Pirrotti
- San Vladimiro Basilio
- Beata Ana María Javouhey
- Beato Antonio Beszta- Borowski
- Beato Bernardo de Montcallier
- Beato Ceslas de Cracovia
- Beato Ignacio de Acebedo y compañeros
- Beato Miguel Bernardo Marchand