Cada 27 de mayo la Iglesia Católica celebra a San Agustín de Canterbury. La historia del conocido como evangelizador de las Islas Británicas, nos llega gracias a Beda el Venerable, un monje benedictino inglés que escribió Historia eclesiástica gentis Anglorum. En este libro, se relata cómo el abad Agustín y otros 39 monjes fueron enviados por el Papa Gregorio I a evangelizar Inglaterra.
En la antigua Inglaterra, el cristianismo tuvo un gran avance durante el Imperio Romano. Sin embargo, la invasión de los sajones en los siglos V y VI provocó que las Islas Británicas cayeran en la idolatría. Aun así, hubo pequeños grupos de cristianos que sobrevivieron en las montañas de Gales.
Gregorio fundó en Roma el monasterio de San Andrés, del cual Agustín se convirtió en el abad. El Papa pensó en la idea de enviar esclavos jóvenes de Inglaterra para prepararlos como sacerdotes y luego enviarlos como misioneros, pero se dio cuenta de que esto llevaría demasiado tiempo. Por lo tanto, decidió enviar a los monjes de San Andrés, encabezados por Agustín.
Cuando llegaron a Provenza, los monjes se encontraron con frailes que les hablaron sobre la crueldad de los anglosajones. Temerosos, obligaron a Agustín a regresar a Roma. Sin embargo, el Papa los animó a volver a intentarlo. Regresaron a Francia con intérpretes y finalmente desembarcaron en las costas de Kent, donde fueron recibidos por el monarca Ethelberto.
Ethelberto, a pesar de ser pagano, permitió que Agustín y sus compañeros predicasen su religión en Canterbury. Con el tiempo, lograron muchas conversiones, incluso la del propio rey, posiblemente influenciado por su esposa cristiana. El Papa estaba complacido con estas noticias y solicitó al Obispo de Arlés que consagra a Agustín como obispo.
El rey Ethelberto cedió su palacio para que se convirtiese en un monasterio y residencia del obispo Agustín. Con el tiempo, nuevos misioneros llegaron desde Roma y entregaron a Agustín el palio arzobispal, otorgado por el Papa.
Agustín dedicó su vida a la misión evangelizadora y falleció el 26 de mayo de 604, el mismo año en que murió el Papa San Gregorio. Fue el primer arzobispo de Canterbury y uno de los grandes padres de la Iglesia latina, venerado como santo tanto por la Iglesia católica como por la Iglesia anglicana y ortodoxa. Sus restos descansan en la Catedral de Canterbury.
Oración a San Agustín de Canterbury
Señor Dios, que por la predicación de tu obispo san Agustín de Canterbury llevaste a los pueblos de Inglaterra la luz del Evangelio,
concédenos que el fruto de su trabajo apostólico perdure en tu Iglesia con perenne fecundidad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén
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