En las últimas horas se viralizó un conmovedor video en el que se puede ver al papá de Fernando Báez Sosa consolando a la hija bebé de su abogado, Fernando Burlando. "Él la calmó", escribió el mediático letrado en sus historias de Instagram junto a la breve grabación que compartió en sus redes.
Tras el juicio en el que revivieron el asesinato de su hijo y luego de escuchar las condenas que recibieron los ocho culpables, Silvino Báez y Graciela Sosa continúan atentos al proceso legal. En ese contexto, fue su abogado quien compartió las imágenes de los padres de Fernando Báez Sosa.
Por un lado se pudo ver a Silvino meciendo en sus brazos a Sarah, la hija de Burlando y Barby Franco que nació en diciembre pasado. "No se sentía bien, él la calmó", acompañó el mediático abogado a la tierna grabación. Además, en la misma cuenta oficial de Instagram también compartió otra imagen de Graciela Sosa con la bebé en sus brazos y mirándose a los ojos, con una sonrisa en su rostro.
Qué dijeron los padres de Fernando por el desmayo de Máximo Thomsen
Quebrada en lágrimas, Graciela habló sobre el momento en el que Máximo Thomsen, uno de los asesinos de su hijo, se desmayó tras conocer su sentencia y puntualizó: "No le presté mucha atención porque en mi mente mantengo la imagen de como asesinaron a mi hijo. Me pareció algo actuado. (...) No me conmovió para nada, ellos disfrutaron asesinando a mi hijo. Le dijeron 'negro de mierda' y eso lo tengo grabado en mi corazón. En algún momento quizás pueda olvidarlo, pero perdonarlo es muy difícil ya que a mí me arrebataron un hijo que solamente quiso salir a divertirse y disfrutar. Mi hijo regresó, pero en un cajón cerrado".
Sobre el final de la conferencia, Graciela agradeció al equipo de abogados y le envió un último mensaje público a su hijo: "Fernando, desde el más allá, me ayuda a sobrellevar este dolor. (...) A veces acarició su cama, sacó su ropa, la lavo y la vuelvo a poner en su lugar. Otras veces voy al cementerio, tocó ese mármol y tengo ganas de sacarlo y traerlo conmigo un ratito, pero eso no va a ocurrir. Hoy, después de la sentencia, vi una luz y a Fernando sonriente y pienso que debo dejarlo volar porque él no me querría ver llorar todo el tiempo (...) Fernando era todo para nosotros, nuestra alegría, teníamos proyectos. Con su pérdida, se acabaron muchísimas cosas: ya no hay fiestas, Navidades, Año Nuevos, día de la madre y cumpleaños. Ya no podré hacerle una torta y decirle 'feliz cumple, hijo mío'".