Las papas son uno de las comidas más elegidas de todo el mundo. Además de que son muy económicas, se las pueden cocinar de diversas maneras. Y si hay un plato exquisito para preparar y comer es el de las papas bravas, una opción que se sirve en diversos bares y restaurantes.
Esta receta de cocina es cada vez más buscada por los cocineros y comensales argentinos. Es que la misma tiene un novedoso detalle: lleva una salsa que debe ser elaborada con un paso a paso específico para que quede deliciosa.
Recetas de las papas bravas: cómo lograr la salsa
Ingredientes para cocinar las papas bravas
- 2 cucharadas de pimentón.
- Una pizca de pimienta.
- 1 cebolla mediana.
- 250 gramos de agua.
- 20 gramos de harina.
- 2 cucharadas de aceite de oliva.
- 1/2 pastilla de caldo concentrado.
- 1 diente de ajo.
- Sal a gusto.
- Perejil.
- Puede llevar carne picada a gusto.
Preparación de papas bravas: el paso a paso de la elaboración
- Tener lista las papas doradas: se pueden cocinar en una sartén o en el horno.
- Pelar la cebolla, el ajo y picarlos para que queden trozos muy pequeños.
- Poner fuego medio y volcar el aceite en una sartén.
- Una vez que esté caliente, añadir la cebolla, el ajo y una pizca de sal.
- Cocinar hasta que la cebolla y el ajo tomen un color medianamente transparente. Este proceso demandará entre 5 y 8 minutos.
- Agregar cucharadas de pimentón y la pizca de pimienta.
- Sumarle la harina, revolver y agregar el agua de a poco. Revolver para evitar que se formen grumos.
- Poner el caldo concentrado para que se cocine y se desintegre.
- En caso de que la salsa quede espesa, se puede agregar más agua.
- Agregar perejil, en caso de que guste.
- ¡Listo! Agregar la salsa en las papas y para comerlas.
- Recomendación: un pan puede ayudar para mojar la salsa.
El origen de la papa frita
En una pelea histórica que continúa hasta la actualidad, Francia y Bélgica se disputan el origen verdadero de las papas fritas en forma de bastón a fines del siglo 18: los galos afirman que sobre el Pont Neuf de París se instalaban los vendedores de este plato que preparaban a la vista de sus clientes dentro de braseros y sartenes. Los de los Países Bajos, en cambio, la cocinaban en dos etapas: en aceite y con grasa.
Sin embargo, el consumo de este tubérculo como alimento se inició hace aproximadamente 7.000 años en la región andina de América del Sur, que comprende lo que hoy es Perú y Bolivia, donde se solían cultivar muchas variedades. Con el paso del tiempo, su popularidad se extendió y se convirtió en una de las preparaciones más deseadas