Comienza la época veraniega y con ella regresan las bebidas frescas y nutritivas como los licuados de frutas. Una opción muy saludable para empezar el día es el licuado de manzana con avena, que brinda desde vitaminas y fibra, hasta proteína, grasas buenas y vitaminas con función antioxidante. Cómo prepararlo, qué beneficios a la salud trae y para qué sirve esta preparación tan simple y sencilla como saludable.
Con el inicio de los días calurosos, la alimentación sana y saludable se torna imprescindible para no sufrir los primeros calores del año. Por eso, es fundamental durante el desayuno ingerir preparaciones que no sean pesadas ni eleven particularmente el calor corporal. Una receta muy interesante para esto es la del licuado de manzana con avena, una combinación imbatible sinónimo de energía.
Además de los nutrientes que aporta la manzana, el consumo de avena ayuda a regular el tránsito intestinal, contribuye al mantenimiento de los músculos y potencia la función antioxidante. Al ser rico en fibra natural, este delicioso batido también tiene como efecto bajar el colesterol en sangre.
Receta para hacer un licuado de manzana con avena
Ingredientes
- 1 litro de leche.
- 2 manzanas (idealmente verdes, pero también puede hacerse con rojas).
- 6 cucharadas soperas de avena (en hojuelas).
- 2 cucharadas soperas de miel.
Paso a paso
Primero habrá que cortar las manzanas, quitándole el corazón y las semillas pero sin pelarlas, ya que la cáscara le aporta más fibra al licuado. En la licuadora, colocar las manzanas rebanadas y la leche, y luego agregar las hojuelas de avena.
Por último, sumar la miel y licuar todo el preparado. Importante a tener en cuenta: mientras más avena se le agregue, más espeso será el licuado, lo que depende del gusto de cada uno.
¿Qué comprende un desayuno saludable?
Un desayuno saludable, comprende poder incorporar alimentos como:
- Hidratos de carbono (avena, pan integral con semillas, cereales), dado que le brindan fibra y carbohidratos al cuerpo, que aportan energía, vitaminas y minerales.
- Frutas: es preferible comer la fruta antes que consumirla en jugos, dado que proporcionan agua, vitaminas, minerales y fibras.
- Proteínas: queso fresco, yogurt, leche, que además suman calcio y vitaminas.
- Alimentos proteicos que incorporan grasas, vitaminas y minerales.
La clave en esta combinación e ingesta de alimentos es la variedad que se pueda encontrar desde la creatividad para que no sea aburrido y tedioso comer lo mismo todos los días y que esto conduzca a abandonar estos hábitos.
Desde ya cuantos más alimentos se consuman, más variedad de nutrientes se incorporarán al organismo y así también, prevenir el riesgo de tener carencias nutricionales. En este aspecto, consultar con un buen nutricionista es de gran ayuda para pensar las propuestas nutricionales diarias.