El conde Claus-Casimir, familiar de los Orange-Nassau, se convirtió en el protagonista inesperado del Gran Premio de Fórmula 1 de los Países Bajos. Con solo 20 años y vestido de manera impecable, el joven noble se coló en el posado principal del rey Guillermo Alejandro, Máxima Zorreguieta y su hija, la princesa Alexia, despertando la curiosidad de todos los presentes.
Claus-Casimir es el segundo hijo del príncipe Constantine y la princesa Laurentien, y ocupa el sexto lugar en la línea de sucesión al trono neerlandés. Con 20 años, tiene una edad similar a la de sus primas, lo que explica la complicidad que se vio entre él y la princesa durante el evento deportivo.
El joven conde, que nació el 21 de marzo de 2004, es el único nieto varón de Beatriz, la anterior reina de los Países Bajos. Su nombre es un homenaje al padre del rey, y a una tradición de gobernadores frisios.
Aunque ya creció y se convirtió en emprendedor, Claus-Casimir llamó la atención a los 16 años al lanzar su propia marca deportiva, Grails Plug, que comercializa calzado, ropa y accesorios en línea. Durante su aventura empresarial, recibió el apoyo de su hermana Eloísa y de su padre, el príncipe Constantin, quien tiene experiencia en el sector de las startups.
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Además de su pasión por los negocios, el conde es un amante del deporte de alta competición y disfruta viajando con sus amigos. En su perfil público, se pueden ver fotografías de sus visitas a ciudades icónicas como París y Venecia. Y aunque tras la abdicación de su abuela, la reina Beatriz, en 2013, los hijos del príncipe Constantine dejaron de ser miembros de la casa real neerlandesa, Claus-Casimir y sus hermanas siguen formando parte de la familia real y mantienen su lugar en la línea de sucesión al trono.
El último fin de semana, se coló en la foto con los reyes y se mostró muy compinche de su prima Alexis. La hija de Máxima fue una de las personas más fotografiadas durante la carrera de Fórmula 1 y el evento también sirvió para "despedirse de los Países Bajos", ya que la joven viajará a Inglaterra para estudiar en la Universidad de Londres.
Cuál es la canción argentina que emocionó a la reina Máxima Zorreguieta en su boda
En la boda de Máxima Zorreguieta, la Reina Máxima de Países Bajos, una canción argentina generó una profunda emoción que quedó grabada en la memoria de todos los que asistieron a su casamiento. La elección de la música no fue casual; la pieza elegida, se trata de un tango cargado de significado personal y cultural para la reina, y su interpretación durante la ceremonia tocó fibras sensibles.
El tango Adiós Nonino, compuesto por el músico argentino Astor Piazzolla, fue la pieza que emocionó a Máxima durante su boda con el entonces príncipe Guillermo Alejandro de los Países Bajos. Esta elección musical no fue solo un homenaje a la cultura argentina, sino también un gesto profundamente personal que conectaba a Máxima con su familia y sus raíces.
Adiós Nonino es un tango compuesto en 1959 por Astor Piazzolla, en memoria de su padre, Vicente Piazzolla. La creación de esta obra está marcada por un episodio de profunda tristeza en la vida del compositor, quien se encontraba de gira por Centroamérica cuando recibió la noticia del fallecimiento de su padre en un accidente de bicicleta. Este evento, sumado a los desafíos económicos y la nostalgia de estar lejos de su país, llevó a Piazzolla a volcar sus emociones en la creación de esta obra maestra. La canción es un reflejo del dolor y la melancolía que sentía en ese momento, pero también es un tributo al amor y respeto que tenía por su padre.
La conexión personal de la Reina Máxima con "Adiós Nonino"
Para la reina Máxima, Adiós Nonino no es solo un tango; es una canción argentina que tiene un significado especial en su vida familiar. Según se relata en diversas biografías y entrevistas, la familia Zorreguieta utilizaba este tema en ocasiones especiales, lo que añade una capa de intimidad y afecto a su elección para la ceremonia. La emoción que Máxima expresó durante la interpretación de esta pieza no solo sorprendió a los presentes, sino que también humanizó su figura ante el público holandés. En una cultura donde la realeza suele mantener una imagen reservada, la reina Máxima mostró ser una persona emocional, lo que la acercó aún más a la gente.
La boda de Máxima Zorreguieta no solo fue un evento significativo por la unión de dos personas, sino también por la confluencia de culturas que se manifestó en detalles como la elección de Adiós Nonino. La reina Máxima fue reconocida por su capacidad para integrar sus raíces argentinas con su papel en la monarquía holandesa, y esta canción argentina en su boda es un ejemplo claro de ello. Su emotividad, mostrada abiertamente durante la interpretación del tango, fue un rasgo que conquistó a la realeza.