No es ningún secreto que en el 2024 el príncipe William y Kate Middleton tuvieron un año bastante complicado debido a los problemas de salud de la princesa. Pero eso no es todo, también surgieron rumores sobre su tiempo como novios que dejaron a todos con la boca abierta.
Según revelaciones de un experto en la Casa Real Británica, Robert Jobson, en su libro Catherine, Princess of Wales, la biografía, existió un momento trascendental en la relación de los príncipes de Gales. Resulta que en su juventud, antes de casarse, William terminó su noviazgo con Kate en una llamada telefónica, dejando a la ahora integrante de la familia real devastada.
Era el 2007 y William y Kate ya se habían graduado de la universidad, por lo que todos esperaban una posible boda en el horizonte. Sin embargo, cuando Middleton cumplió 25 años, el príncipe canceló sus planes, dejándola desconcertada. Fue entonces cuando comenzó la triste charla telefónica en la que William le dijo que necesitaban "un poco de espacio" y que no podía prometerle matrimonio.
Según el libro de Jobson, en una emotiva conversación de 30 minutos, ambos reconocieron que estaban en "páginas diferentes". Para Kate fue un golpe devastador ser dejada por teléfono y se sintió doblemente decepcionada.
Después de la ruptura, William continuó con su vida nocturna mientras que la madre de Kate, Carole Middleton, la llevó de vacaciones a Ibiza para ayudarla a superar el rompimiento. “‘¡Soy libre!’, gritó mientras intentaba una versión ebria del baile del robot”, afirmó Jobson sobre la celebración del ahora heredero al trono, que tuvo lugar en la discoteca Mahiki de Mayfair. “Luego dijo a sus amigos que debían ‘beberse el menú’, lo que más o menos acabaron haciendo”, relató el autor de la biografía no autorizada de Middleton.
Según los reportes de la prensa de aquellos años, el príncipe también había echado el ojo a otra persona, la socialite Isabella Anstruther-Gough-Calthorpe, pero se dice que ella rechazó sus insinuaciones porque no quería ser afectadas por las inevitables exigencias de la vida real. “Esto no enfrió la pasión de William”, explicó Jobson y añadió: “Al parecer, intentó cortejar a Isabella, visitándola varias veces en casa de su familia. A pesar de su evidente enamoramiento, ella aparentemente rechazó sus insinuaciones”.
Por su parte, Kate se dejó ver en varias salidas nocturnas con amigos y especialmente con su hermana, Pippa Middleton. De hecho, los medios las apodaron las "Sizzler Sisters". Fue en una fiesta de disfraces, donde Kate asistió vestida de enfermera, que se reencontró y reconcilió con William y el resto, como dicen, es historia.
Se filtró la dieta del rey Carlos III: por qué come un solo tipo de carne
La realeza británica es famosa por sus tradiciones y protocolos estrictos, incluso en lo que respecta a su alimentación. Una de las curiosidades más llamativas es su preferencia por la carne de una raza específica: el Highland Cattle, conocido en español rioplatense como la raza bovina West Highland.
La elección de este tipo de carne, la preferida del rey Carlos III de Rieno Unido, por parte de la realeza británica no es casualidad. Los animales de la raza West Highland se criaron exclusivamente en Escocia, lo que los convierte en parte del patrimonio británico. Para la familia real, esto crea una conexión especial, considerándolos "propios". Así se refuerza la idea de preservar y consumir productos autóctonos, respetando la tradición y la historia del país.
Además de esta peculiar preferencia, hay otros alimentos que están fuera del menú real. El ajo, por ejemplo, está prohibido debido a sus efectos de mal aliento, lo cual es considerado inapropiado en los numerosos compromisos públicos y eventos sociales a los que asiste la familia real. Los mariscos también están excluidos, debido a su propensión a causar alergias y enfermedades transmitidas por alimentos, como la intoxicación alimentaria. Dada la apretada agenda y las responsabilidades de la realeza, evitar riesgos innecesarios se convierte en una prioridad.
Otro alimento prohibido en la dieta real es el foie gras. Esta prohibición responde a razones éticas, ya que su producción fue objeto de críticas por parte de grupos de derechos de los animales debido a las prácticas involucradas en su elaboración. La familia real adoptó una postura ética al excluir este producto de su dieta.
La pasta no está completamente prohibida, pero se consume con moderación en la cocina del palacio. La preferencia por mantener una dieta equilibrada y saludable lleva a la familia real a limitar la ingesta de carbohidratos pesados, favoreciendo otros alimentos más ligeros y nutritivos.
La dieta de la realeza británica refleja, en definitiva, un respeto por la tradición, preocupación por la salud y consideraciones éticas. Al optar por la carne de la raza West Highland, la familia real no solo preserva una parte importante de su patrimonio cultural, sino que también promueve la sostenibilidad y el consumo local.