La boda de Máxima Zorreguieta y el príncipe heredero Guillermo Alejandro de los Países Bajos se llevó a cabo el 2 de febrero de 2002 en Ámsterdam, siendo uno de los eventos más icónicos de la realeza europea. En esta increíble unión se combinaron tradiciones holandesas con detalles seleccionados, mostrando la sofisticación y el espíritu argentino.
Durante la recepción, se sirvió el vino mendocino Primus, de Bodegas Salentein, en honor a las raíces argentinas de Máxima. Este vino de la línea Pinot Noir 2000 contó con una historia propia y fue seleccionado por su personalidad y estructura, según indicaron en ese entonces miembros del equipo de protocolo de la Casa Orange Nassau.
Actualmente, la botella de este vino, originario del Valle de Uco en Mendoza, se puede conseguir por alrededor de $ 58.000. "Vino de color rojo de intensidad media, brillante y de delicada fragancia, notas frescas de rosas, hojas secas y especiado, todo sostenido por una crujiente cereza madura y dulce", indica su ficha técnica y añade: "Untuoso, de acidez media y suficiente para el delicado balance del alcohol y la frescura. De entrada muy dulce y complejo; el pinot de mas carácter en los últimos años; estructura media a alta, taninos que se perciben maduros y amables; es ágil en boca con largo final"
Pero ese no fue el único toque argentino del casamiento. Pues el banquete fue una fusión de sabores europeos y sudamericanos. Además del clásico lomo argentino con chimichurri, se presentó un postre inspirado en el dulce de leche, un infaltable en cualquier mesa criolla. La vajilla utilizada perteneció a la colección de la familia real, con sellos y monogramas, y los cubiertos eran de plata.
Los otros "secretos" del casamiento de Máxima Zorreguieta
El velo de encaje que Máxima llevó tenía una historia propia, pertenecía a la familia real holandesa y simbolizaba la unión del pasado y el futuro de la monarquía. Además, la novia lució una tiara de diamantes de la Casa de Orange, utilizada por generaciones de reinas y princesas. También destacó su anillo de compromiso de platino, con un diamante naranja ovalado y alianzas de platino hechas a mano.
Aunque la ausencia del padre de Máxima, Jorge Zorreguieta, fue uno de los aspectos más comentados debido a su vínculo con el régimen de Jorge Rafael Videla, Máxima logró honrarlo al elegir una melodía argentina para la ceremonia. El bandoneonista Carel Kraayenhof interpretó el tango "Adiós Nonino", favorito de su padre, en un tributo emocionante que simbolizó la fortaleza de Máxima al enfrentar las complejidades de su pasado.
El evento estuvo lleno de detalles protocolares, como la distribución de 30 mil flores en la iglesia y el icónico beso en el balcón del Palacio Real de Ámsterdam. Además, la elección del vestido de Máxima fue todo un proceso. Inicialmente, consideró a otros diseñadores europeos antes de decidirse por el italiano Valentino. El vestido, hecho de mikado de seda, destacó por su elegancia y llevó un bordado floral a mano con hilos de plata.