Kate Middleton deslumbró en la final de Wimbledon, mientras que la reina Letizia optó por no acudir al evento. Aunque se esperaba la presencia de un miembro de la corona española en el Grand Slam londinense, más aùn con Carlos Alcaraz en el partido, esto no ocurrió. Y ahora salió a la luz el motivo.
El ùltimo domingo, el calendario deportivo retó a Casa Real con dos acontecimientos que, sin duda, merecían una aparición Borbón. El rey Felipe VI y la infanta Sofía acudieron a Berlín, donde España se consagró en la final de la Eurocopa. La selección española de fútbol ocupa un lugar especial en la agenda de Zarzuela. La otra final era la de Wimbledon y en las redes sociales soñaron con la coincidencia de Middleton y la reina Letizia en las tribunas del estadio.
La familia real española no es habitual en el calendario de tenis británico, aunque ese país figura con honores en la élite de ese deporte. De hecho, la reina Sofía y las infantas Elena y Cristina, también algunos de sus hijos, asistieron al Open de Tenis de Madrid o el Conde de Godó. Y el año pasado el rey Felipe viajó a Londres para apoyar a Carlos Alcaraz en la final de Wimbledon.
Se sabe que la monarca no disfruta demasiado con los espectáculos deportivos. Aunque la hayamos visto vibrar con las jugadoras de la selección española de fútbol en alguna oportunidad, lo cierto es que el deporte no es lo suyo.
Sin embargo, en el Palacio de La Zarzuela se evaluó la posibilidad de enviar a algún Borbón a ambos acontecimientos deportivos, con el objetivo de asegurar la máxima visibilidad de la monarquía española. No obstnate, la decisión de no asistir a la final de Wimbledon puede interpretarse como una elegante deferencia hacia Kate Middleton, evitando así opacar su protagonismo en la famosa pista central debido a la preocupación que despertó su estado de salud.
Desde hace semanas se especulaba con la presencia de la esposa del prìncipe William en la final del torneo. Horas antes, se confirmó y ella fue la encargada de entregarle el trofeo de campeòn a Alcaraz. Fue su segunda aparición en un evento público de la princesa de Gales desde que se anunció que padece cáncer.
A qué se dedica Catalina de Orange, la hija mayor de Máxima Zorreguieta y el rey Guillermo en Países Bajos
Catalina Amalia de Orange, la primogénita de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima Zorreguieta, es la heredera al trono de los Países Bajos. Desde su nacimiento el 7 de diciembre de 2003 en La Haya, es una figura central en la familia real neerlandesa. Este artículo explora su vida, títulos y responsabilidades actuales, brindando una visión completa de sus actividades y su rol dentro de la monarquía.
Catalina Amalia de Orange nació en el HMC Bronovo de La Haya a las 17:01 del 7 de diciembre de 2003. La noticia de su llegada fue recibida con entusiasmo en todo el país, marcando el inicio de una nueva era en la familia real neerlandesa. Desde su nacimiento, Amalia fue reconocida como la heredera directa al trono, una posición que se consolidó aún más con la abdicación de su abuela, la reina Beatriz, en 2013.
Amalia ostenta varios títulos, siendo el más destacado el de Princesa de Orange, título que adquirió oficialmente el 30 de abril de 2013, cuando su padre ascendió al trono. Además, es princesa de los Países Bajos y de Orange-Nassau. Estos títulos no solo subrayan su posición dentro de la familia real, sino que también reflejan su papel como futura monarca.
Educación y responsabilidades de Amalia de Orange
La educación de Catalina Amalia fue cuidadosamente supervisada para prepararla para sus futuras responsabilidades. Aunque se mantuvo en gran medida fuera del ojo público durante su infancia y adolescencia, sus estudios siempre fueron una prioridad. Actualmente, Amalia está completando su formación universitaria, con un enfoque en temas que le serán útiles en su papel como futura reina.
El 8 de diciembre de 2021, un día después de cumplir 18 años, Catalina Amalia asumió su puesto en la División Asesora del Consejo de Estado de los Países Bajos. Esta posición es significativa, ya que le permite involucrarse directamente en la política y la administración del país, preparándola para sus futuras responsabilidades como monarca.