La salud del Rey Carlos III ha sido objeto de especulación y atención mediática desde que ascendió al trono. A pesar de su edad, el monarca ha mantenido un calendario de actividades relativamente activo, lo que ha generado diversas teorías sobre su estado físico tras conocerse su diagnóstico de cáncer. Sin embargo, pese al hermetismo, recientemente salió a la luz un dato significativo sobre su condición actual.
Aunque si bien si se dio a conocer públicamente el delicado estado de salud que enfrenta el monarca, se decidió mantener un perfil bajo al respecto sin ahondar en detalles. Las apariciones públicas del Rey Carlos III han sido cuidadosamente monitorizadas por expertos y seguidores de la realeza. A pesar de algunas cancelaciones y ajustes en su agenda, el rey ha continuado participando en eventos clave, mostrando un vigor sorprendente para su edad. Esto sugiere que, a pesar de las preocupaciones iniciales, su estado de salud podría ser mejor de lo que se pensaba.
Precisamente, hace tan solo unos días atrás, el hijo de Isabel II viajó a Escocia para participar de la Semana del Holyrood, también conocida como “Semana Real”, una celebración tradicional que tiene lugar en Edimburgo de manera anual. El Rey estuvo presente, pero su estadía en la ciudad fue menos de la esperada, con la excusa de estar presentes en la elecciones británicas que tuvieron lugar el pasado 4 de julio. Sin embargo, hay quienes especulan que es porque Carlos III aún no se encuentra en condiciones de salud.
Finalmente, se esclareció la situación, y todo parece indicar que el líder de la corona británica se encuentra con ánimos y con un estado de salud estable. La experta en realeza, Rebecca English reveló que la intención de Carlos era “quedarse más tarde de lo previsto para reunirse con la mayor cantidad de gente posible” en la celebración, pero que su ajustada agenda no se lo permitió. Esto, por supuesto, animó a los seguidores de la familia real.
Impacto en la realeza británica por la inesperada renuncia de Carlos III
La afición de la familia real británica por las carreras de palomas llegó a su fin. El rey Carlos III decidió dejar de patrocinar dos de los principales clubes de carreras de palomas en el Reino Unido: la Royal Pigeon Racing Association y el National Flying Club.
Aunque no se especificó la razón detrás de esta renuncia, se cree que el rey Carlos III no pudo asumir los cerca de 200 patrocinios que heredó de su difunta madre, la reina Isabel II. Sin embargo, los fanáticos de las carreras de palomas culparon a los grupos defensores de los derechos animales, como PETA, quienes presionaron al monarca para que dejara de apoyar lo que consideraban un trato cruel hacia las aves.
“PETA ya aplaudió al rey Carlos por salvar a las aves cuando prohibió el foie gras en todos los eventos y residencias reales, y ahora le agradecemos que haya puesto fin a su patrocinio de los clubes de carreras de palomas, que envían a las aves a la muerte, enfrentándolas a tormentas y travesías marítimas en su leal búsqueda de regresar con su compañero de vida y sus crías”, señaló Ingrid Newkirk, fundadora de PETA.
Pero la asociación protectora de animales fue por màs y le pidio al monarca que cierre el palomar real que la familia posee en su residencia de Sandringham, el cual fue renovado en 2015 por deseo de la reina Isabel II. La propuesta de PETA es convertirlo en un santuario para pájaros heridos, perdidos o abandonados, en línea con otras muestras de sensibilidad hacia la protección de los animales por parte de la familia real, como la reciente decisión de Camilla de no comprar pieles.
Las carreras de palomas son muy populares en Bélgica, y fueron introducidas en el Reino Unido por el rey Leopoldo II de Bélgica, quien obsequió a la reina Victoria unas palomas mensajeras en 1886. Desde entonces, la afición por estas competiciones se extendió en el Reino Unido con el apoyo de los sucesores de Victoria, desde Eduardo VII hasta Isabel II.