La realeza británica es conocida por su estricta adherencia a la etiqueta y a las normas de conducta que se mantuvieron durante siglos. Estas reglas no solo dictan el comportamiento público y privado de los miembros de la familia real, sino que también se extienden al uso del lenguaje. Existen palabras que, aunque comunes en la vida cotidiana, están prohibidas en el vocabulario de los royals británicos debido a su connotación o a su origen. A continuación, se exploran cuatro de estas palabras que la realeza evita utilizar y las razones detrás de estas restricciones.
Toilet: el término prohibido por su origen francés
En la cultura británica, la palabra "toilet" se utiliza comúnmente para referirse al baño. Sin embargo, dentro del ámbito de la realeza, este término es considerado inadecuado y vulgar. La razón principal de esta prohibición radica en el origen francés de la palabra. Para la familia real británica, el uso de términos franceses en el lenguaje cotidiano no es bien visto, especialmente cuando existen alternativas más tradicionales en inglés. En lugar de "toilet", los miembros de la realeza prefieren utilizar el término "lavatory", que es más aceptado dentro de su círculo.
Esta preferencia por evitar palabras de origen francés se remonta a siglos atrás, cuando las tensiones entre Inglaterra y Francia influían en la cultura y el lenguaje de la nobleza británica. A lo largo del tiempo, esta aversión se ha mantenido, especialmente en términos relacionados con la vida diaria y la etiqueta.
Lounge: un término que no tiene cabida en los palacios
Otra palabra que está prohibida en el vocabulario de la realeza británica es "lounge", que en castellano se traduce como salón o sala de estar. Este término es considerado demasiado genérico y poco preciso para describir las distintas habitaciones de una residencia real. En lugar de "lounge", los royals utilizan términos específicos que describen la función de cada espacio, como "drawing room" (salón de dibujo) o "sitting room" (sala de estar).
La precisión en el lenguaje es fundamental para la realeza, y esto se refleja en la manera en que describen los espacios de sus residencias. Cada habitación tiene una función específica y un nombre que lo refleja, lo que contribuye a mantener la tradición y el protocolo en sus hogares.
Perfume: la elegancia en el uso del término scent
El uso del término "perfume" también está vetado dentro de la familia real británica. Este término, que en muchos lugares se asocia con lujo y elegancia, es considerado vulgar por los royals. En su lugar, prefieren utilizar la palabra "scent", que se traduce como esencia o aroma. La elección de este término refleja la importancia que la realeza otorga a la elegancia y la discreción en su forma de expresarse.
La preferencia por "scent" sobre "perfume" también tiene que ver con la connotación que estas palabras tienen en la cultura británica. Mientras que "perfume" puede sonar ostentoso, "scent" es más sutil y refinado, cualidades que son valoradas dentro del entorno real.
Pregnant: un término rechazado por la Reina Isabel II
Durante su vida, la Reina Isabel II tenía ciertas palabras que prefería no escuchar, y una de ellas era "pregnant", que significa embarazada en inglés. La monarca consideraba que esta palabra era demasiado directa y, en su lugar, prefería utilizar la expresión "be in the family way", que se traduce como "estar en camino de formar una familia". Esta frase más eufemística refleja el estilo refinado y discreto que caracterizaba a la Reina Isabel en su lenguaje y comportamiento.