El hombre que se convirtió en millonario de la noche a la mañana gracias a un premio de lotería de 45 millones de dólares reveló su fórmula infalible para no perderlo todo y disfrutar de una vida de ensueño. John Falcón, originario de Puerto Rico, se hizo acreedor de esta increíble suma de dinero en la lotería de Nueva York en 1999, y desde entonces ha logrado conservar su fortuna y vivir una vida plena y feliz.
Una de las primeras decisiones que Falcón tomó después de ganar la lotería fue solicitar que el premio se le entregara en pagos diferidos a lo largo de 26 años. Esta medida cautelosa le permitió evitar la tentación de gastar todo su dinero de una sola vez y le aseguró un flujo constante de ingresos hasta el año 2023, fecha en la que aún sigue recibiendo ganancias provenientes de su premio. Además, contrató asesores financieros expertos que lo ayudaron a gestionar sus finanzas de manera inteligente.
Aunque Falcón invirtió en algunos bienes y proyectos personales, como prótesis dentales, negocios teatrales e incluso una película sobre su vida, decidió guardar la mayoría de su fortuna y animó a otros a seguir su ejemplo. Una de las claves para lograrlo, según él, fue aprender a decir "no" a los gastos innecesarios. A pesar de tener el poder adquisitivo para comprar cualquier cosa que deseara, el hombre supo ejercer la retención y resistir la tentación de gastar sin medida. Considera que esta habilidad fue fundamental para preservar su riqueza.
Falcón atribuye su éxito en la conservación de su fortuna al hecho de haber ganado la lotería a una edad más avanzada. Esta experiencia le enseñó la importancia de la administración financiera y le permitió cambiar radicalmente su vida. Dejó atrás una etapa de dificultades económicas y se adentró en un futuro prometedor.
El dinero sí compra la felicidad
El millonario puertorriqueño afirma que ahora vive una vida de ensueño y que sus problemas son completamente distintos a los que enfrentaba antes de su victoria en la lotería. Ahora se dedica a perseguir sus pasiones y disfrutar de lujos que antes le eran inalcanzables. Desde la perspectiva de Falcón, el dinero sí puede comprar la felicidad, al menos en su caso. Reconoce que el dinero mejora las cosas y no se arrepiente de ninguna de sus decisiones.
“Tenía 44 años cuando gané la lotería, si hubiera tenido 24, ahora estaría arruinado y trabajando en una parrilla. Es por eso que estoy tan feliz”. Según dijo, su vida cambió radicalmente y no solo porque tiene un futuro económico prominente, sino porque aprendió a administrarse. “Antes no había sol, te digo. Solo había oscuridad, nubes, lluvia, nieve constante. Estaba solo trabajando”, declaró en 2005.
Por otro lado, Falcón aseguró que tiene una vida de ensueños y que ahora sus problemas son diferentes a lo que eran antes: “A ver, quiero hacer ejercicio y entrenar con mi profesor de canto o quiero ir a Roma a comprar zapatos. Te sorprendería cuántas veces ganaron los zapatos”. Además, se dijo orgulloso de haber hecho una buena gestión porque eso le aseguró llevar la calidad de vida que lleva ahora: “Si me preguntás si el dinero compra la felicidad... la respuesta sería sí, lo hace. Todo lo demás son tonterías emocionales y filosóficas... el dinero siempre mejora las cosas. No me arrepiento de nada. ¿Debería?”.