El peruano Lenin Tamayo está conquistando la escena musical con el "Q-pop", un nuevo género que se asemeja a la música pop surcoreana pero con canciones en quechua, el idioma de los Incas, con las que busca dar visibilidad al pasado de su país.
Tamayo, que creció hablando quechua en su hogar en Lima, ha recibido al menos de 4 millones de corazones virtuales en la plataforma Tik Tok en respuesta a sus temas, que fusionan ritmos coreanos con el folclore andino.
Pero el joven de 23 años no está pendiente de las métricas en las redes sociales. Su objetivo -afirma- es abordar la discriminación a través de la música y llamar la atención sobre la importancia del pasado ancestral del país.
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"Mi música tenía que abrazar con fuerza de donde yo venía", dijo el cantante a Reuters antes de un concierto en un distrito norte de Lima. "El sonido más primordial del ande es la voz y la voz va de la mano de la lengua. Es ahí donde digo que el Quechua es lo que a mi me va ha definir en mi sonido".
El quechua es el idioma indígena más hablado en América del Sur, utilizado por unas 10 millones de personas, desde Colombia y Perú en el norte hasta Argentina y Chile en el extremo sur.
Fue en la escuela donde Tamayo comenzó a escuchar pop coreano, conocido como "K-pop", un genero que ganó seguidores internacionales hace aproximadamente una década a través del super grupo BTS.
La cultura coreana contemporánea se convirtió en una forma para que Tamayo hiciera amigos con ideas afines y lidiara con la intimidación que dice que enfrentó por su apariencia indígena.
"Ví a un grupo de jovencitas que estaban escuchando K-pop y viendo Doramas (dramas de la televisión japonesa/coreana) y creo que es en esas circunstancia en la cual yo por hacer amigos me acerco a la cultura coreana", dijo a Reuters.
El resultado es una mezcla musical del siglo XXI que Internet ha bautizado como "Q-pop".
La madre de Lenin, Yolanda Pinares, le ayuda a retocar su maquillaje antes de la presentación de un video musical. Ella también fue una cantante de música andina contemporánea que le enseñó la importancia de estar orgulloso de sus raíces.
Cada canción de su álbum debut lanzado la semana pasada está basada en la mitología inca: Kay Pacha (el mundo de los vivos), Uku Pacha (el mundo de los muertos) y Hanan Pacha (el reino celestial). En el escenario baila como un artista coreano, pero al son de flautas e instrumentos musicales de la sierra peruana.
En las afueras de Lima, fans emocionados se reúnen para tomar selfies. "Ayuda a que sensibilice también a todo nuestro pueblo, a todas nuestras nuevas generaciones y las antiguas también que somos parte del Perú", dijo Gabriela Castro, asistente al último concierto del cantante.
(Reportes de Gloria Lopez, Lucinda Elliott y Marco Aquino. Editado por Javier Leira)