Run Rabbit Run, una película recién estrenada en Netflix, ha capturado la atención de los espectadores con su intrigante historia. Protagonizada por Sarah Snook, la trama sigue a una madre divorciada que lidia con la reciente muerte de su padre y se enfrenta a un inquietante comportamiento de su hija. Si viste la película y te quedaste con dudas sobre su desenlace, a continuación te explicaremos qué sucede al final y cómo interpretarlo. Alerta: esta nota contiene spoilers.
El flashback revelador
En un flashback, se revela que la acosadora en realidad es Sarah y no Alice. En el pasado, Sarah encierra a Alice en un armario de herramientas, pero cuando Alice logra escapar, comienza a estrangular a Sarah. En respuesta, la hermana de Sarah la golpea y ambas corren hacia el borde de un acantilado en su propiedad, con Sarah sangrando en la frente. La razón por la cual Sarah se distancia de su madre es la culpa que siente por haber matado a Alice en ese momento, al empujarla desde el acantilado.
La situación actual
Cuando Sarah despierta de su sueño, se encuentra en el suelo y Peter está golpeando su puerta. Mía, su hija, ha desaparecido y sus padres buscan desesperadamente en toda la casa. Por un instante, Sarah teme que Mía se haya ahogado, pero luego la encuentran a salvo en la orilla.
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El intento de confesión y la reconciliación
Después del incidente, Sarah intenta confesarle a su madre que asesinó a Alice, pero no puede encontrar las palabras adecuadas. De regreso en su hogar, se acurruca en la cama junto a Mía y le pide disculpas por lastimarla y mentirle, al igual que Alice. Al día siguiente, Mía se escapa de la cama y Sarah la sigue. La última escena muestra a Sarah horrorizada mirando desde la ventana cómo Mía se encuentra con otra niña, que resulta ser Alice. Ambas se toman de la mano y se alejan juntas.
Interpretación del final
El final de Run Rabbit Run puede dar lugar a dos interpretaciones diferentes. Una de ellas sugiere que todo lo que sucede está en la cabeza de Sarah, quien lleva una gran carga de culpa por lo sucedido con su hermana. Esta interpretación plantea que su imaginación ha creado la figura de su hija como Alice, como una forma de lidiar con su culpa y traumas pasados.
La segunda interpretación es que Alice es un fantasma real que ha regresado del más allá para atormentar a Sarah, estableciendo una conexión con su hija. En este sentido, el encuentro entre Mía y la niña que representa a Alice sugiere una especie de reconciliación entre las dos hermanas, incluso en la vida después de la muerte.