Desde la década de los 90 que no se envía un perrito al espacio, pero parece que la espera terminó. La NASA presentó a Spirit, un nuevo can que viajará nada más y nada menos que a Marte. Aunque hay que aclarar que este perrito es en realidad un robot.
Este asombroso proyecto, llamado LASSIE (Ciencia de Superficie Autónoma con Patas en Entornos Análogos), fue financiado por la NASA y cuenta con la colaboración de expertos de diversas universidades y del Centro Espacial Johnson de la NASA.
Hasta ahora, las misiones de exploración planetaria dependieron de planes pre-programados, lo cual limitó la capacidad de los rovers para adaptarse a cambios inesperados en el terreno o para identificar observaciones científicamente valiosas de forma autónoma. Esto es algo que tanto el Rover de Exploración de Marte Spirit como el módulo de aterrizaje InSight experimentaron al tratar de comprender las propiedades del regolito de la superficie marciana, esa capa de polvo y rocas sueltas que la cubre.
Pero con el proyecto LASSIE y la llegada de Spirit, esto podría cambiar. Los investigadores están estudiando cómo los robots con patas pueden medir las propiedades del regolito y utilizar esa información para actualizar de forma autónoma los planes de operaciones científicas. En otras palabras, Spirit podrá adaptarse a los cambios en el terreno y tomar decisiones autónomas sobre dónde ir y qué investigar.
Con este nuevo avance, la exploración espacial da un salto importante y podría abrir las puertas a futuras misiones aún más emocionantes. Spirit, el perrito espacial de la NASA, está listo para llevar a cabo su misión en Marte y brindar valiosa información sobre el planeta rojo.
El inesperado pedido de la Casa Blanca a la NASA: qué pasará con la Luna
La Casa Blanca solicitó a la NASA colaborar con el gobierno estadounidense para establecer el "Tiempo Lunar Coordinado" (LTC) con tiempo límite hasta finales de 2026. Este nuevo marco temporal serviría para medir la hora en la Luna y otros cuerpos celestes, y no sería una simple zona horaria. El LTC sería de gran utilidad para el cronometraje de las naves espaciales y satélites lunares, que requirieron precisión extrema en sus misiones.
Steve Welby, director adjunto de la Oficina de Política Científica y Tecnológica (OSTP) de la Casa Blanca, señaló la importancia de establecer estándares de tiempo celestes para garantizar la seguridad y precisión en las misiones espaciales. La funcionaria explicó que el tiempo transcurre de forma diferente en el espacio y que una definición coherente del tiempo entre los operadores espaciales era fundamental.
El objetivo de la Casa Blanca era que el Tiempo Lunar Coordinado estuviera vinculado al Tiempo Universal Coordinado (UTC), que es el estándar horario utilizado para regular la hora en la Tierra. Para lograr esto, la Casa Blanca encomendó a la NASA colaborar con varios departamentos estatales para elaborar una estrategia de norma horaria que mejorara la navegación y otras operaciones en misiones espaciales.
El nuevo estándar se centraba en cuatro características: trazabilidad a UTC, exactitud suficiente para apoyar la navegación de precisión y la ciencia, resistencia a la pérdida de contacto con la Tierra y escalabilidad a entornos más allá del espacio cislunar. Aunque no se detallaron aspectos técnicos en el memorándum, se sugirió que el nuevo estándar podría adoptar elementos de la norma existente en la Tierra.
Estados Unidos planeaba volver a la Luna en 2026, marcando el primer alunizaje de la humanidad desde la misión Apolo 17 en 1972. Con la implementación del Tiempo Lunar Coordinado, se busca garantizar el éxito de las futuras misiones espaciales y establecer un marco temporal de referencia para la Luna y otros cuerpos celestes.