Las "Lágrimas de San Lorenzo" están cada vez más cerca de alcanzar su máximo esplendor. Esta lluvia de meteoritos, también conocida como "Perseidas", que comenzó a ser visible a mediados de julio, alcanzará su punto de máxima actividad este lunes 12 de agosto. Pero antes de salir a disfrutar de esta maravillosa noche, es importante saber qué son, por qué se producen y algunas recomendaciones para los aficionados de la astronomía.
Las Perseidas son una de las principales lluvias de estrellas del año, junto con las Cuadrántidas, las Líridas y las Acuáridas. Durante este espectáculo, se pueden observar hasta 200 meteoros por hora cruzando el cielo del invierno. Aunque no son las más espectaculares ni las más vistosas, se destacan por brillar en la noches de esta estación.
A diferencia de las otras lluvias de meteoros, las Perseidas son especiales porque ocurren en el invierno. Es por esto que esta lluvia de estrellas también es conocida como las "lágrimas de San Lorenzo", en honor al santo cuya muerte se conmemora el 10 de agosto. Además, su denominación científica, Perseidas, proviene de la constelación de Perseo, desde donde parecen provenir estos destellos de luz.
La noche del 12 al 13 de agosto, se podrá observar el pico de este fenómeno, con entre 80 y 200 estrellas fugaces por hora. Pero no te preocupes si no puedes verlas en esa fecha exacta, ya que las Perseidas son visibles antes y después, aunque quizás con menos intensidad. Si tenès suerte, podrás presenciar una estrella fugaz, que es un destello de luz en el cielo que apenas dura unos segundos. Y recordá pedir un deseo cuando veas alguna, siguiendo la tradición popular.
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La temporada de Perseidas arrancó el 17 de julio y se extenderá hasta el próximo 24 de agosto. Pero el pico de actividad será durante la noche del lunes 12 y la madrugada del martes 13. La lluvia de meteoritos podrá ver en los dos hemisferios. Aunque en el norte tendrán ventajas, ya que las noches frías de invierno no son el mejor contexto para pasar tiempo lejos de la calidez del hogar.
Para poder observar estas estrellas fugaces no se necesita de ningún elemento óptico específico. Sin telescopios ni filtros, a simple vista, pero con suficiente paciencia como para elevar los ojos al cielo por unos cuantos minutos, bastará para apreciar el fenómeno.
No obstante, hay una serie de consideraciones a tener en cuenta. En primer lugar, es condición necesaria alejarse de todo tipo de contaminación lumínica que ejercen las grandes ciudades, esto quiere decir que cuanto más nos podamos alejar de los centros urbanos, muchas más estrellas podremos captar en la inmensa oscuridad.
Otra fuente de contaminación lumínica, pero en este caso natural, es el brillo de la Luna. Nuestro satélite natural será un factor un tanto entorpecedor, porque se encuentra en su fase cuarto creciente con 54.3 % de la Luna iluminada, y para la noche del 12 / madrugada del 13, se oculta por debajo de la línea del horizonte después de la medianoche (en Buenos Aires a las 2.11 AM) dejando, al menos, varias horas de la trasnoche liberadas de su brillo y así ya no competir con las Perseidas.
Otro factor importante es el clima, más precisamente las nubes. De acuerdo al pronóstico, para la noche del lunes 12 y madrugada del martes 13 de agosto es de escasa nubosidad, por fortuna para norte del país, cuyo, el norte de la provincia de Buenos Aires y de La Pampa.
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