Hong Kong abre un nuevo museo de arte moderno bajo la sombra de la seguridad nacional

11 de noviembre, 2021 | 10.27

Un funcionario cultural de Hong Kong declaró el jueves que la libertad de expresión no está por encima de una ley de seguridad nacional impuesta por China, en vísperas de la inauguración de un museo de arte contemporáneo que pretende situar a la ciudad en el mapa cultural mundial.

El multimillonario M+, con obras de arte contemporáneo de destacados artistas chinos, asiáticos y occidentales, es la apuesta de Hong Kong para equipararse a museos como el Tate Modern de Londres, el MoMA de Nueva York y el Centro Pompidou de París.

Sin embargo, la imposición por parte de China el año pasado de una amplia ley de seguridad nacional en la que fuera su ciudad más libre está ensombreciendo la inauguración, ya que los curadores y los artistas luchan por encontrar un equilibrio entre la expresión artística y la censura política.

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A principios de este año, políticos y medios de comunicación favorables a Pekín criticaron algunas obras del M+ por infringir la ley de seguridad nacional e incitar al "odio" contra China, entre ellas una fotografía del artista disidente chino Ai Weiwei haciendo un gesto ofensivo en la plaza de Tiananmén.

"La apertura de M+ no significa que la expresión artística esté por encima de la ley. No lo está", dijo a la prensa Henry Tang, director del Distrito Cultural de Kowloon Oeste, un nuevo centro cultural que incluye el M+.

Tang subrayó que todas las exposiciones deben "cumplir" con la ley de seguridad nacional y que algunas obras de su colección, incluida la fotografía de Ai, no se expondrían.

"No tengo ninguna duda de que el MoMA de Nueva York probablemente tenga obras de arte en sus archivos que no se expondrían hoy en día porque no sería políticamente aceptable en el entorno actual", dijo Tang.

La colección del museo M+ incluye pinturas, cerámicas, videos e instalaciones de artistas como el chino Zhang Xiaogang y el británico Antony Gormley. Una obra de Wang Xingwei, que muestra a un hombre en Pekín pedaleando un carro de bicicleta cargado con dos pingüinos muertos, tiene ecos de las matanzas de Tiananmén en 1989.

También se expone una de las instalaciones de Ai, "Whitewash", con antiguas jarras de barro chinas. A pesar de ello, Ai se mostró crítico.

"El museo está claramente censurado", dijo Ai a Reuters por teléfono desde Cambridge. "Cuando tienes un museo que no puede o es incapaz de defender su propia integridad sobre la libertad de expresión, entonces eso plantea una cuestión. Y, desde luego, el museo no puede funcionar bien en términos de cultura contemporánea", señaló.

(Reporte adicional de Aleksander Solum; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)