Muchos eligen disfrutar el almuerzo o la cena junto a un buen vino, pero ¿es bueno guardar el vino en la heladera? Independientemente del tipo de vino, la heladera es un lugar frío y muy seco para almacenarlo. La clave está en cuánto tiempo lo dejamos ahí.
Una vez abierto el vino, específicamente con las botellas de consumo rápido, solemos elegir dejarlo en la heladera. Pero si lo dejamos mucho tiempo, es probable que pierda su mejor expresión y cambie el sabor. Entonces, ¿está bien guardarlo en la heladera? ¿Cuánto tiempo podemos almacenarlo así?
Cuánto tiempo se puede guardar un vino en la heladera
La heladera no es el lugar ideal para que los vinos estén muchos meses. Claro que sirve para que la bebida llegue a la temperatura adecuada, pero nunca debe ser el sitio de almacenamiento de vinos de manera prolongada.
Si intentás almacenar vino en la heladera después de unos meses el corcho podría comenzar a secarse, dejar pasar el oxígeno y empezar a oxidar prematuramente al vino. Así que, lo ideal sería que si no vas a consumirlo, lo devuelvas a las condiciones adecuadas de la bodega.
Además, la heladera suele tener otro tipo de alimentos que tienen olores fuertes y que afectan al vino. Incluso, viven algunos tipos de hongos que pueden invadir el líquido interior. Eso, sumado a las constantes vibraciones, por abrir la puerta como por el sistema eléctrico de la heladera, suelen ser factores negativos para su almacenamiento.
También el efecto que produce el frío en las diferentes moléculas dentro del líquido que se "desestabilizan" y tienden a asentarse en el fondo, produciendo la borra. En conclusión, no es recomendable guardar un vino durante meses en la heladera.
Cuánto tiempo dura un vino abierto
Una vez abierto, el vino suele durar menos de lo que nos imaginamos: unos dos o tres días, en promedio. Tal vez un poco más si disponemos de un tapón de vacío.
Al abrir una botella de vino, el líquido entra en contacto con el oxígeno y se empiezan a disipar los componentes volátiles que contiene. Por eso, lo primero que se suele hacer al abrir un vino es servir un poco en una copa y moverlo, para acelerar este proceso y facilitar la liberación de sus aromas. Y que el vino “despierte”.
Pero una vez abierto, no hay vuelta atrás. La oxigenación del vino lo irá deteriorando progresivamente, al mismo tiempo los compuestos volátiles irán desapareciendo y solo se pueden tomar medidas para relentizar ambos procesos:
- Cerrar la botella abierta con su propio corcho si es posible.
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Guardar la botella con el vino que sobre en la heladera, ya que el frío ralentiza la oxidación (sin llegar a detenerla). Eso sí, debemos sacarla con la antelación suficiente para poder degustar el vino a la temperatura adecuada.
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Dentro de la heladera, la botella debe estar guardada en posición vertical, ya que así habrá menos superficie de vino en contacto con el oxígeno y por lo tanto la oxigenación será más lenta.
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Debemos mantener la botella de vino alejada de la luz.
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Una alternativa a la hora de guardar el vino de una botella abierta es utilizar una botella más pequeña, siempre buscando que el vino tenga menos contacto con el oxígeno.
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También se puede utilizar un tapón de vacío, que extrae el aire y minimiza el efecto nocivo del oxígeno.
Cuánto dura un vino abierto según su tipo
De una manera muy general podríamos decir que, una vez abierta la botella la durabilidad de los vinos es:
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Vino blanco y vino rosado durarán unos 3 días.
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Vino tinto joven puede durar hasta una semana porque se oxida con mayor lentitud que el vino blanco. Cuantos más taninos tenga el vino, más durará la botella abierta.
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Vino tinto envejecido o ligero (con menos taninos) durará unos 3 días
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Vino espumoso, entre 24 y 36 horas si cuenta con un buen tapón para espumosos.
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