Máxima Zorreguieta es la Reina consorte de los Países Bajos desde diciembre de 2013, momento en que comenzó a ejercer el rol diplomático metiéndose en el mundo de la realeza. En un contexto marcado por la escandalosa separación con el Príncipie Guillermo, comenzaron a filtrarse distintas historias de la argentina nacida en la Ciudad de Buenos Aires, como por ejemplo, cómo era su vida en el país antes de mudarse a Europa definitivamente.
El divorcio de la Reina Máxima Zorreguieta de los Países Bajos fue uno de los temas candentes de estos últimos días por la repercusión que tuvo en la farándula. "En caso de divorciarse y otros detalles establecidos en dicho acuerdo, la argentina debería percibir 890mil euros al año, en caso que el matrimonio que hoy integra llegue a su fin", indicaron en el programa Socios del Espectáculo que conducen Rodrigo Lussich y Adrián Pallares.
Sin embargo, que la diplomática haya estado en la mira de todos nuevamente generó varias curiosidades en torno a su vida más allá de lo que sucede en el mundo de la realeza. Máxima nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1971, creció en un departamento de 120 metros cuadrados en el barrio porteño de Recoleta, fue al jardín Maryland y luego al Colegio Northlands. Es la mayor de cuatro hermanos (Martín, Juan y la fallecida Inés) y la pequeña de sus tres hermanastras, hijas de un matrimonio anterior de Jorge Zorreguieta, su padre, quien fue secretario de Agricultura y Ganadería de Jorge Rafael Videla en la dictadura militar, polémico pasado que le traería problemas años más tarde en la corte de Países Bajos.
Desde los años 1989 a 1990, mientras estaba estudiando Licenciatura en Economía en la Universidad Católica Argentina (UCA), trabajó para Mercado Abierto. Años más tarde, estuvo en el departamento de ventas de la empresa Boston Securities S.A. en Buenos Aires, donde realizó investigaciones sobre software para mercados financieros. El coqueteo con la realeza fue cuando estaba haciendo una residencia en Estados Unidos: trabajó para HSBC James Capel Inc. en Nueva York, allí conoció a su amiga Cynthia Kaufmann y le propuso conocer a “un hombre muy guapo o a uno muy rico”. Máxima eligió al rico y resultó ser el Príncipe Guillermo, a quien conoció en una fiesta en Sevilla, España.
Además de estos trabajos y estudios realizados en Argentina, Máxima daba clases de inglés y matemática a niños, adolescentes y adultos. La última vez que estuvo el país fue en el año 2022, cuando falleció su hermana Inés, aunque según una biografía publicada años atrás, parece que la Reina de los Países Bajos suele visitar su tierra en secreto sin que nadie se entere. Actualmente, se encuentra en una difícil situación por el divorcio con su marido, hecho que desató una ola de reacciones en el mundo de la realeza.
No va a ligar nada: el contrato que firmó Máxima Zorreguieta antes de casarse con el Príncipe Guillermo
Máxima Zorreguieta y el Príncipe Guillermo son una de las parejas más consolidadas del mundo de la realeza. Previo a contraer matrimonio en 2022, la pareja firmó un acuerdo muy claro en torno a su matrimonio. Si bien hay muchas reglas inamovibles, en el caso de la pareja aceptaron estas imposiciones, sabiendo que son parte de una gran tradición. A través del libro "Máxima, una historia real" ,escrito por los periodistas Soledad Ferrari y Gonzalo Álvarez Guerrero, se conocieron algunos detalles de la vida conyugal de los reyes de Holanda y las cláusulas en torno a un posible divorcio.
Según se pudo saber, la reina de Países Bajos tuvo que firmar un acuerdo prenupcial cuando contrajo matrimonio de Guillermo Alejandro y el mismo indica que no existen los bienes conyugales en el caso que se divorcien. Además, sus hijos deberán permanecer en el seno del Palacio. Entonces, si Máxima Zorreguieta se divorciara, recibiría de parte de la Corona del país europeo 890.000 euros anuales pero perdería sus bienes y la posibilidad de vivir con sus hijos, tal como lo aceptó al momento de casarse con el rey.