Pasaron 20 años desde la primera emisión de Gran Hermano, el reality que marcó un antes y un después en la televisión argentina. Tamara Paganini, una de las participantes del concurso, se animó a contar las crudas y terribles situaciones que padeció cuando salió de la casa más popular del país.
"Quería huir. Quería que la tierra me tragara. Principalmente, huir del medio porque hacía que yo no pudiera caminar tranquila por la calle. Mis peores momentos después de GH no fueron en los medios, sino en la calle. Pero por lo que generaban los medios... Me han arrancado pelos, algunos por odio, otro porque querían llevarse un recuerdo mío. Me han escupido, a mí y a Gastón, en la calle en un boliche. Un montón de cosas que ahora uno con el diario del lunes dice 'no es para tanto', contó en un ida y vuelta con Exitoina.
En ese punto, se refirió a las oportunidades que tuvo a nivel laboral tras su paso por la casa de GH y lo que en realidad sintió ganas de hacer tras la experiencia; alejarse para siempre de los medios masivos de comunicación.
"Cuando salí de GH me decían 'qué querés hacer'... Cine, teatro, novela, radio. Y yo ahí sólo quería irme a mi casa. Si los medios habían provocado que mi vida fuera intolerable, no iba a seguir ahí. Yo creía que en algún momento se desinteresarían de mí. Tanta gente quiere ser famosa, por qué iban a insistir conmigo. Bueno, después entendí que no era así, que yo al negarme estaba generando aún más interés. Mis fotos salían más caras que las demás. Eran conceptos que no tenía. Yo no sabía que me podían pagar por estar en un boliche. No sabía el concepto de presencia", siguió.
Antes de cerrar, detalló las terribles situaciones que vivió, especialmente, durante esas presencias que se llevaban a cabo en boliches. "Empecé a vivir de presencias, a presentar concursos en boliches. Que ahí también pasé situaciones de abuso, me lastimaron. Me tocaron el cul..., las tet..., yo he salido con las tet... y el cul... lastimado de un boliche. Más allá de la seguridad, era muy difícil. La seguridad por lo general se desbordaba, siempre. Incluso, hasta la policía en un boliche gigante que había en La Rioja. Y entre todos no pudieron... De ahí salí con la ropa rota y lastimada. Esto por la euforia de la gente", lamentó.