Gustavo Bazterrica es uno de los pesos pesados de la historia del rock nacional. Su guitarra elegante y versátil quedó registrada en los discos dorados de Los Abuelos de la Nada -el debut homónimo de 1982, Vasos y besos, Himno de mi corazón y el directo Los Abuelos en el Ópera-. También formó parte de La Máquina de Hacer Pájaros, aventura capitaneada por Charly García tras la separación de Sui Generis; y grabó en Only Love Can Sustain, rareza absoluta en la discografía de Luis Alberto Spinetta. Pero en la actualidad, la vida del músico está muy alejada de los días de gloria que supo vivir y atraviesa un dramático momento.
El pasado martes 28 de diciembre, Bazterrica escribió un mensaje público en su cuenta de Facebook: “Buenas noches. Debido a diferencias irreconciliables con mi ex pareja, me encuentro al día de fecha, sin hogar. Necesito un lugar de tránsito hasta que salgan mis papeles de la pensión. Por favor, necesito ayuda”, pidió.
Al día siguiente, un tal Emiliano Bustos escribió un extenso mensaje acerca de un encuentro casual que tuvo con Bazterrica, dando cuenta del estado en el que se encuentra el célebre guitarrista: “No sé por donde empezar. Me cruce hace unos días con este señor en un cajero automático, llego en un remis y al toque me di cuenta que tenia problemas motrices. No se podía casi ni bajar del auto, lo ayudé y le cedí mi lugar en la fila del cajero. Apenas caminaba y mientras lo ayudaba a sostenerse, empezamos a charlar. Le dije que le veía cara conocida y me dijo que era nada mas y nada menos que Gustavo Bazterrica, eterno guitarrista de Los Abuelos de la Nada”, comenzó su relato.
“Me dolió verlo tan deteriorado. Con la cabeza súper lúcida pero con graves problemas motrices. La cuestión es que lo ayude a subir al remis y se fue... Días después sube un estado en su cuenta de Facebook pidiendo tránsito, diciendo que no tenia donde vivir. Y yo, al igual que miles que comentaron con intención de ayudarlo, fui uno más que se sumo a ese pedido y no sé por qué entre tantos, ayer a la noche me llegó un mensaje suyo renovando su pedido de ayuda. Así que me puse a su disposición y lo traje a mi casa”, reveló Bustos. “Lo ayudé a bañarse, le di de comer, le compré remedios y acá estamos. En casa, charlando de la vida, dándole compañía y asistiéndolo. Mas que hablando escuchando, aprendiendo, deleitándome con sus infinitas historias...”, agregó en su relato.
Y más adelante, reflexionó al respecto: “Todos algún día llegaremos a tal edad y no le deseo a nadie llegar así, o espero q todos tengamos alguien en quien confiar. Tengo mucho miedo, sí. Miedo. Jamás traje alguien a vivir a casa y menos una persona mayor y con sus limitaciones. Pero me la jugué, me anime. Con todas las dificultades que lleva y la asistencia que requiere. Y no lo hice porque es el Vasco. El Vasco Bazterrica. Porque cuando lo ayudé, no sabia ni quién era. Lo hice porque algún día todos vamos a tener 66 y la vida nos pasa factura a todos. No lo tomo como una molestia o una carga. Sino como un aprendizaje, y un favor a este hombre y a la vida. Porque tarde o temprano todo vuelve, todo llega y todos vivimos lo mismo que el otro.
10 horas después del posteo de Bustos, el propio Bazterrica volvió a dejar otro mensaje: “Debido a mi situación de calle, me han robado el teléfono. Estoy incomunicado”, contó y rápidamente muchos ofrecieron ayuda. Incluso le exigieron a viejos compañeros de Bazterrica que le tiendan una mano ante tan desesperada situación. Entre los comentarios de esa misma publicación, y ante el desconcierto de sus seguidores, Bustos escribió: “Por ahora esta en mi casa le estoy dando transito por unos días. Si necesitan hablar con él, les paso mi celular”.
En la noche del jueves, Bustos actualizó sobre la situación con un nuevo posteo en Facebook: “Cenamos. Helado de postre y a dormir. El Vasco está muy bien, gente. Tantos mensajes de aliento, tanta gente dispuesta a colaborar que me emociono hasta las lagrimas. Él evoluciona su motricidad y está muy lúcido... No me queda mas que agradecer“, escribió junto a una foto en la que se ve al guitarrista a punto de saborear un sorbete de frutilla. “Quiero agradecer a Gastón Castro y Carlos Enciso que se prestaron para cuidarlo mientras yo trabajaba, dejando de lado sus familias y quehaceres. Eternamente gracias, ellos también son parte. Seamos parte todos”, agregó después Emiliano.
A raíz de la historia contada por Bustos, algunos colegas del Vasco se hicieron eco para buscar alguna manera de ayudarlo. Una de ellas fue Andrea Álvarez, quien en su cuenta de Twitter escribió: “Recién leí que Gustavo Bazterrica, capo de la viola, está necesitando ayuda económica. Ojalá sus amigos que están bien a ese nivel puedan ayudarlo. Es un deseo para este cambio de año”, escribió la baterista. Un rato más tarde, compartió el posteo de Bustos y manifestó: “Me gustaría que músicos, artistas, managers, etc., que estén en buena situación económica e instituciones que nos representan, como el Sindicato Argentino de Músicos, el Instituto Nacional de la Música y la Asociación Argentina de Intérpretes lo hagan”.