El pasado jueves 10 de junio un eclipse solar anular o "anillo de fuego" pudo observarse desde distintas partes del mundo, así como en otras locaciones pudo verse un eclipse solar parcial. Mientras se producía este particular fenómeno astronómico, la cámara EPIC de la NASA logró tomar imágenes del preciso momento en que el Polo Norte parecía estar en llamas, en lo que fue la primera vez en el siglo XXI en que se produce un efecto de este tipo.
Desde que fue fundada en 1958, la NASA consiguió imágenes de los fenómenos más increíbles e impactantes. Cada uno de estos registros implica una ola de datos y la elaboración de cientos de teorías que permiten a los expertos entender y acercarse a saber con mayor precisión qué es lo que sucede más allá del planeta Tierra. El pasado jueves se produjo un eclipse solar anular, que, gracias a las imágenes satelitales que la agencia espacial estadounidense pudo tomar, permitió observar un efecto particular por primera vez en el siglo XXI.
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Se trata de un registro del momento exacto en que el Polo Norte parece estar "en llamas". Este fenómeno se dio cuando la sombra de la luna atravesó la superficie de la Tierra, cambiando la tonalidad del Polo y generando el efecto de estar completamente incendiado. La imagen fue tomada por la cámara EPIC (Earth Polychromatic Imaging Camera), que se encuentra instalada a bordo de un satélite climático de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU.
Según informó Forbes, es el único eclipse solar del siglo XXI que consiguió provocar este fenómeno y también el primero cuya sombra recorrió primero el norte de Canadá y Groenlandia, para luego pasar al sur de Siberia. En esas regiones, los habitantes pudieron disfrutar de un "anillo de fuego", en el momento en el que el Sol, la Luna y la Tierra se alinearon. Mientras tanto, para el resto de la población mundial el eclipse solar fue solo parcial, lo que se pudo ver solo como una sombra.
El próximo eclipse solar total se producirá recién el próximo 4 de diciembre y su sombra se acercará mucho al Polo Sur, aunque no lo atravesará. Será visto a baja altura sobre los icebergs flotantes del mar de Wedell, en la Antártida. Se calcula que habrá alrededor de 20 cruceros en la zona para esa época, que estarán ahí con el objetivo principal de presenciar un fenómeno único .