Un equipo de arqueólogos australianos descubrió una "momia de barro" que podría reescribir la historia de cómo la civilización de Egipto preservaba los cuerpos de los muertos. Según la revista Plos One, se trata de la primera momia de este tipo encontrada y su estado desconcierta a los arqueólogos. La momia se hallaba en el museo de la Universidad de Sydney y nunca se supuso que escondería una forma de preservación desconocida hasta la actualidad.
La pieza había sido estudiada en 1999 pero nunca se había utilizado la tecnología de tomografías computarizadas para adentrarse en la estructura del cuerpo. Con esos estudios se llegó al nuevo descubrimiento.
En un principio, los especialistas pensaron que la capa de arcilla se trataba de una resina que protegía al cuerpo. Pero la caparazón de arcilla y barro se desempeñaba como el propio sarcófago. El cuerpo estaba en una especie de ataúd de madera pero se concluyó que esos elementos eran falsos y no correspondían con la civilización egipcia. La caja de madera tenía una inscripción con el nombre de una mujer, Meruah, que podría datar del año 1000 Antes de Cristo. Sin embargo, los científicos suponen que esa inscripción fue realizada por antiguos comerciantes de antigüedades que pudieron haber traficado el sarcófago. Según los cálculos, hay una discrepancia de entre 100 y 150 años entre los componentes hallados.
Los científicos concluyeron que el cuerpo momificado es de una mujer de entre 25 y 35 años. Las tomografías realizadas por computadora revelaron que el cuerpo está recubierto por capas de barro, paja y dos capas de lino. También se descubrió que el caparazón está cubierto en la parte superior con un pigmento blanco a base de calcita y luego de ocre, un pigmento mineral rojo.
Lo que también intriga a los investigadores es que las imágenes muestran que el cuerpo fue dañado poco después de la momificación y se cree que la "envoltura de barro" pudo ser utilizada para estabilizar la momia.