Todos los 20 de marzo se celebra a nivel mundial el Día Internacional de la Felicidad, una jornada que invita a reflexionar sobre la importancia de este estado anímico en la vida de cada uno y en la sociedad en general. Sin duda, la felicidad es una sensación natural que forma parte del ser humano y por ello, todos buscan sentirse bien consigo mismos y con el entorno. En este contexto, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció en 2012 la importancia de la felicidad y estableció la fecha para su conmemoración.
Se agrega que la ONU sostiene que debe existir un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado del crecimiento económico, en el que se promueva la felicidad y por supuesto el bienestar de todos los pueblos. Vale la pena añadir que no solo es un sentimiento individual, sino también un bien social. Por eso, cuando las personas se encuentran felices puede ser más productivas, creativas y sobre todo solidarias con otros.
Los detalles sobre el Día Internacional de la Felicidad
En la actualidad, el mundo tiene un escenario un poco más complejo y desafiante. Por ello, la búsqueda de felicidad debe considerarse como un objetivo fundamental teniendo presentes los aspectos individuales y colectivos. Por esta razón, los gobiernos y las organizaciones internacionales tienen la responsabilidad de invertir en iniciativas que promuevan el bienestar de las personas.
Se remarca que la defensa de los derechos humanos se convierte en un pilar fundamental con la idea de construir sociedades más justas, equitativas y felices. Debido a esta situación, desde las Naciones Unidas hacen una invitación para que todas las personas de cualquier edad o lugar del mundo puedan sumarse a las conmemoraciones relacionadas con esta jornada.
Por medio de la resolución 66/281 de 2012, la entidad reconoce la necesidad en que esta sensación sea aplicada para el crecimiento económico bajo un enfoque más inclusivo y también equitativo. La idea es que se promueva el desarrollo sostenible, se pueda erradicar problemas sociales como la pobreza y que esto sea benéfico para varios pueblos.
Un detalle para remarcar es que esta fue una iniciativa pensada por Bután, un país que al inicio de los 70 le dio un valor a la felicidad por encima de los ingresos nacionales. Se añade además, que este territorio fue anfitrión de una reunión en la cual se abordaron estas temáticas en un contexto marcado por un nuevo paradigma económico.