El cruce de Guillermo Andino con una mujer que quería la domiciliaria para el preso que mató al hijo

Silvia Ontivero pide que el asesino de su hijo vaya a la prisión domiciliaria.

30 de abril, 2020 | 08.42

El conductor de América Guillermo Andino se cruzó con Silvia Ontivero, quien pide la prisión domiciliaria del asesino de su hijo por considerar que en la cárcel corre riesgo su vida. 

Andino comenzó la pregunta con una información falsa, porque afirmó que Arduino sería liberado. Ontivero le explicó que en verdad piden la prisión domiciliaria y que ella luchó para que en febrero no liberen al asesino porque había pedido la condicional tras haber cumplido 13 años preso. 

"Te pregunto Silvia, no se te viene la imagen a la retina el hecho de que hoy podrías estar con tu hijo, disfrutándolo, acompañado de él. Y a lo mejor la circunstancias en que lo mataron, porque vos estás pidiendo la liberación del asesino. Pero recordame el hecho en sí ¿cómo lo mataron a su hijo?", preguntó Andino volviendo a faltar a la verdad al decir que iba a salir en libertad. 

"Guillermo, vos sos papá. Yo me acuerdo de Alejo todos los días y todas las noches de mi vida. Ahora bien, en este caso, él no se va en liberad. Yo que soy querellante en febrero pedí que no le dieran la condicional", corrigió Ontivero. 

La entrevista continuó y Andino volvió a machacar en la idea de que otros padres de víctimas de delitos no quieren la prisión domiciliaria de los presos. Ontivero respondió: "Muy cercanos míos dicen ´que se mueran´, ´que los maten´ y después el domingo van a misa. Yo recuerdo que incluso los papas dicen que las cárceles deben ser para resocializar, para dar una oportunidad. Las cárceles están llenas de pobres. No están los que delinquen en las finanzas, los que echan a 1500 trabajadores cuando viene la pandamia", afirmó Silvia. 

Ontivero es la madre del periodista Alejo Hunau, quien fue asesinado en Mendoza en el año 2004 por Diego Fabián Arduino, quien padece problemas respiratorios. Silvia sufrió el terrorismo de Estado en el centro clandestino D2 en Mendoza y su testimonio fue clave para esclarecer los delitos de lesa humanidad. 

 

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