La NASA evaluó cuidadosamente sus planes de contingencia en caso de un evento cósmico catastrófico. El doctor Kelly Fast, experto en defensa planetaria, señaló la importancia de detectar y monitorear asteroides peligrosos antes de que representaran una amenaza real para nuestro planeta. Según él, es "fundamental encontrar estos cuerpos celestes antes de que nos encontraran a nosotros y estar preparados para intervenir si fuera necesario".
La Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA se comprometió en la búsqueda de posibles asteroides que pudieran suponer una amenaza para la Tierra. Mantener una vigilancia constante del espacio era crucial para prever cualquier riesgo y tomar medidas proactivas para proteger nuestro planeta.
El Dr. Fast explicó que si se identificaba una amenaza de impacto de asteroide con años o décadas de anticipación, existía la posibilidad de llevar a cabo una misión de desviación. Sin embargo, enfatizó que la prioridad era detectar y monitorear estos asteroides de manera efectiva.
En caso de que se confirmara una amenaza de impacto, la NASA emitiría una notificación oficial, primero dirigida al gobierno del país afectado, antes de informar a nivel global y comunicarlo a las Naciones Unidas. Según los protocolos actuales, si el asteroide se encontraba a años de distancia, se intentaría desviarlo. Sin embargo, si el plazo era de menos de cinco años antes del impacto previsto, se consideraría la opción de destruir el asteroide en lugar de intentar desviarlo.
En el 2022, la NASA llevó a cabo la misión Prueba de Redirección de Doble Asteroide (DART), en la que impactó un asteroide en el espacio profundo. Esta prueba tenía como objetivo probar la eficacia de la tecnología para desviar asteroides peligrosos antes de que representaran una amenaza para la Tierra. Los resultados fueron prometedores y demostraron que era posible reducir la órbita de un asteroide en caso de un impacto inminente.
Durante la misión, la nave DART chocó intencionalmente con el asteroide Dimorphos, una luna de un planeta menor conocido como Didymos. Aunque Dimorphos no representaba una amenaza en ese momento, este experimento demostró la capacidad de desviar la órbita de un objeto espacial. El asteroide se encontraba a unos 11 millones de kilómetros de nuestro planeta en el momento del impacto, asegurando la seguridad terrestre durante el experimento.
Los resultados del experimento DART fueron alentadores, ya que lograron reducir la órbita de Dimorphos en un tiempo significativo. Aunque el objetivo inicial era reducir la órbita en 73 segundos, el impacto de la nave DART logró acortarla en 32 minutos, mostrando el éxito de la tecnología espacial para mitigar el riesgo de impacto de asteroides.
La NASA reveló cuánto debe durar la siesta perfecta
Varios científicos ya confirmaron los beneficios de la siesta, pero ahora la NASA responde a la pregunta del millón: ¿cuánto debe durar la siesta perfecta? Un estudio realizado por la agencia espacial revela datos interesantes sobre la duración ideal de un descanso revitalizante.
La investigación de la NASA se basó en un análisis de la efectividad de un período de descanso en la cabina para mejorar la alerta y el rendimiento en vuelos de larga distancia. Se dividió a 21 miembros de la tripulación en dos grupos: el grupo de descanso y el grupo sin descanso. Durante un vuelo largo, el grupo de descanso tuvo la oportunidad de tomar una siesta programada de 40 minutos, mientras que el otro grupo siguió con sus actividades normales.
Así se descubrió que los pilotos del grupo de descanso aprovecharon la siesta en el 93% de las oportunidades, logrando quedarse dormidos en aproximadamente 5,6 minutos y durmieron durante unos 25,8 minutos. Esta siesta corta, pero efectiva demostró ser beneficiosa para mejorar la alerta y el rendimiento, especialmente en momentos críticos del vuelo.
Los investigadores destacaron que esta siesta programada no afectó el sueño nocturno habitual ni generó trastornos en el ciclo de sueño. Además, aseguraron que se implementaron procedimientos para garantizar la seguridad de la tripulación y los pasajeros sin comprometer la eficiencia operativa.
Sin embargo, hay que tener cuidado con la duración de la siesta. Algunos estudios han vinculado siestas más largas con problemas de salud, como un aumento en el índice de masa corporal y una mayor predisposición al síndrome metabólico. Por lo tanto, según los expertos de la NASA, una siesta de entre 20 y 30 minutos puede ser óptima para mejorar la cognición y el estado de ánimo sin generar efectos negativos a largo plazo.