Un estudio reciente reveló que algunas zonas de la selva tropical de la Amazonía emiten más dióxido de carbono del que absorben y según los científicos responsables lo más probable es que esta situación se agudice en los próximos años. La selva tropical más extensa del planeta se está acercando peligrosamente a un punto de inflexión que podría no tener retorno, lo que podría llevar a un colapso ecológico en un futuro cercano. La raíz de este problema es la deforestación.
El pasado miércoles fue publicado un estudio en la revista Nature que indica que gran parte de la selva amazónica se convirtió en emisor de dióxido de carbono, debido a la tala de los bosques. Para alcanzar estas conclusiones, un grupo de 30 expertos analizaron centenares de muestras de aire recolectadas a diferentes alturas durante los últimos 10 años. El estudio afirma que la región sureste del Amazonas pasó de ser un "pozo" de captura a una fuente emisora de dióxido de carbono (CO2). En este sector, las temperaturas están en permanente aumento así como también se redujeron las lluvias en la estación seca.
Cabe destacar que el CO2 es uno de los principales responsables del calentamiento global. "Tanto la deforestación como la degradación de los bosques reducen la capacidad de la Amazonia para actuar como un pozo de captura de carbono", explicaron los autores del estudio. En el último medio siglo, se redujo en un 17% la cantidad de bosques tropicales de la región, con el objetivo principal de albergar pasturas para la cría de ganado. Usualmente los bosques se talan con fuego, lo que libera grandes cantidades de CO2 y reduce la cantidad de árboles que deberían absorberlo.
Las mediciones con las que fue realizado el estudio fueron tomadas por aviones pequeños que realizaron alrededor de 600 vuelos entre 2010 y 2018. Los pilotos volaron a altitudes bajas (de hasta 4.500 kilómetros), descendieron y tomaron mediciones en la columna vertical de aire. Los mayores cambios en el equilibrio ecológico fueron encontrados en áreas que habían sido deforestadas a gran escala. Por otra parte, la región noroeste se encuentra en equilibrio, a diferencia de lo anteriormente mencionado sobre el sector sureste.
El deterioro de la selva amazónica se suma al derretimiento de los casquetes polares y el deshielo del permafrost, la capa de suelo que se encuentra congelada permanentemente, entre los "puntos de inflexión" que podrían llevar a un cambio irreversible del sistema climático. Según un grupo de científicos la pérdida de bosque será tan severa que para el 2035 pronostican que el Amazonas podría convertirse en la fuente de carbono más grande del planeta.