Mantener el brillo de un auto como cuando salió del concesionario no es tarea fácil, pero con los cuidados adecuados es posible hacerlo sin necesidad de acudir a servicios caros. A lo largo del tiempo, el coche se enfrenta a factores externos como el sol, la lluvia, el polvo y pequeños impactos que van deteriorando su apariencia. Sin embargo, con algo de paciencia y dedicación, podés devolverle ese brillo impecable y proteger su pintura para que luzca siempre como nueva.
Existen diversos trucos y técnicas que permiten eliminar arañazos, manchas de insectos y otros elementos que dañan la carrocería. Desde una correcta limpieza hasta el uso de productos especializados para reparar pequeñas imperfecciones, con solo cuatro pasos básicos, podés hacer que tu coche vuelva a brillar y mantenerlo en excelente estado por mucho más tiempo.
Cuatro pasos para mantener tu auto brillante: cómo hacerlo
1. Limpieza profunda: el primer paso crucial
El primer paso para devolverle el brillo a tu coche es eliminar toda la suciedad acumulada. Si bien podés acudir a un autolavado, es recomendable que utilices una manguera de agua a presión antes de pasar por el túnel de lavado para quitar la arena o las piedras pequeñas que podrían rayar la pintura.
Evitá utilizar cera caliente en esta etapa, ya que no es conveniente si después planeás pulir el coche. Además, no olvides limpiar manualmente los marcos de las puertas, las gomas y los paragolpes, zonas que a menudo pasan desapercibidas en los túneles de lavado.
2. Eliminá los insectos y otras impurezas
Uno de los grandes enemigos del brillo de tu coche son los insectos, la resina de los árboles y las heces de pájaros. Estos elementos pueden ser corrosivos si no se eliminan a tiempo, dejando manchas permanentes en la pintura.
Para eliminar los restos de insectos, podés aplicar un truco sencillo: colocá una toalla empapada con un producto de limpieza doméstico sobre la zona afectada y dejala actuar durante varias horas, o incluso toda la noche. Esto ayudará a ablandar los residuos, facilitando su eliminación sin necesidad de frotar con materiales que puedan rayar la pintura, como estropajos o papel de periódico.
3. Repará los arañazos
Los arañazos en la carrocería son inevitables, pero podés repararlos vos mismo según su profundidad. Para los arañazos superficiales, como los que se producen en las molduras de los tiradores de las puertas, la pasta de pulir es una solución sencilla y eficaz. Usá un trapo compacto para aplicarla y así eliminar las marcas.
Si el arañazo es más profundo, podés optar por un rotulador de cera para retoques rápidos o utilizar un rotulador de pintura especializada que se puede adquirir en tiendas de repuestos. Este último te dará un acabado más duradero, aunque no siempre será perfecto a corta distancia.
4. Mantené el brillo con un buen pulido
El último paso para dejar tu coche como nuevo es pulirlo. Aplicar una capa de cera ayudará a proteger la pintura y a mantener el brillo por más tiempo. Recordá la lección de la película Karate Kid: "dar cera, pulir cera". Con un poco de dedicación y paciencia, podrás disfrutar de un coche que brille como el primer día.
Con estos cuatro pasos, no solo podrás ahorrar dinero en costosos servicios de mantenimiento, sino que además disfrutarás viendo tu coche relucir en todo su esplendor.