Dos pequeñas localidades de la Costa Atlántica para conectarse con la naturaleza

28 de enero, 2022 | 12.37

Entre la diversidad de opciones para veranear que ofrece la Costa Atlántica en territorio bonaerense se destacan dos pequeñas localidades próximas al mar: Arenas Verdes y Centinelas del Mar, destinos ideales para quienes eligen alejarse del ruido urbano y conectar con la naturaleza.

Arenas Verdes, en el Partido de Lobería, es un poblado marítimo de amplias playas y elevados médanos, "joven y tranquilo, entre el campo, el mar, las dunas y con una gran arboleda de pinos que marcan las calles principales", describieron desde el municipio.

Sus amplias playas y elevados médanos fascinan a turistas ansiosos de zambullirse en las aguas del Atlántico, de sentir en los pies la textura de la arena y en el cuerpo la suavidad de la brisa costera.

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El lugar cuenta con diferentes servicios: proveeduría, dos complejos de balnearios con alojamiento, gastronomía sobre la playa, alquiler de unidades de sombra, y servicios de salud y seguridad también en las playas.

En cuanto al alojamiento, en Arenas Verdes hay aparts, cabañas y hosterías, y dos espacios de camping para quienes se inclinan por esa forma de vacacionar: la Base Municipal de Campamento y el Complejo de Mar y Camping.

La práctica de deportes náuticos es otra de las actividades que los visitantes se animan a realizar en vacaciones entre experiencias de kayak y clases de surf.

Entre los sitios gastronómicos con que cuenta la localidad, los visitantes pueden optar por La Fonda de Guillermina, con su especialidad en empanadas y pastas; los complejos Sol a Sol, con sus tragos y una gran vista del atardecer, y Bisonte Club de Mar, además del histórico bar Aloha, perfecto para encontrarse con amigos tanto durante el mediodía como en la noche.

Asimismo, desde Arenas Verdes se puede llegar a través de un camino costero a las localidades de Costa Bonita, Bahía de los Vientos y Quequén, que pertenecen al vecino partido de Necochea.

Por su parte, Centinela del Mar es un pueblo costero ubicado en el sur del partido de General Alvarado con playas prácticamente vírgenes alejadas de la vorágine de la ciudad y de plena conexión con el entorno natural.

El paisaje se caracteriza por su importante valor ambiental con ecosistemas litorales de alta relevancia biológica que preservan comunidades faunísticas y florísticas autóctonas de la costa pampeana austral, que incluye especies endémicas como la lagartija de la dunas declarada Monumento Natural de la provincia de Buenos Aires.

El desarrollo de las actividades recreativas va en línea con la sustentabilidad y la reducción del impacto sobre el medio ambiente.

La villa turística cuenta con el pequeño parador La Lagartija, situado en la vieja usina, que ofrece a quienes lo visitan bebidas, gastronomía y alojamiento para pasar la noche.

Además posee un espacio donde se exhiben objetos y fotografías de pueblos originarios de la zona, como los de la comunidad Tehuelche.

Centinela del Mar tiene pintorescas construcciones de veraneo, entre las que destaca el vagón de tren restaurado, la capilla y el viejo hotel que funcionó hasta la década del ochenta.

"Las instalaciones de la antigua escuela Alfonsina Storni fueron renovadas para que pudiera funcionar una estación científica, proyecto que encabeza el municipio junto a la Fundación Azara, ya que el poblado es sitio paleontológico y arqueológico de excelencia", indicaron desde el distrito de General Alvarado.

Durante la temporada estival, Centinela se ha transformado en escenario de encuentros vecinales y peñas folklóricas con la participación de artistas pampeanos y patagónicos.

Por otro lado, pueblos originarios la eligen para reuniones donde reivindican sus derechos y dan cuenta de la importancia que tiene la protección de la tierra.

Arenas Verdes y Centinela del Mar invitan a disfrutar de un descanso en sintonía con los ritmos de la naturaleza y a descubrir pequeñas joyas de la costa bonaerense.

Con información de Télam