Uno de los deportes más emocionantes que ofrece Tucumán es volar en parapente, una actividad en la que la provincia es líder en el país, por lo que fue sede del campeonato mundial de la especialidad en noviembre pasado, y es accesible al turismo sin restricciones de edad, género o conocimientos.
Quienes nunca lo practicaron pueden sentir cierto temor al saber que se encontrarán en el aire, sin motor y a varios cientos de metros de altura, pero cuando se cumplen las medidas de seguridad y la actividad es gestionada por personal capacitado no existen riesgos, y tras la experiencia inicial los primerizos siempre quieren repetir.
En el cerro San Javier se encuentra Loma Bola Parapente, el centro de esta actividad en Tucumán, donde llegan expertos a despuntar el vicio y turistas para vuelos de bautismo o a repetir los tours aéreos.
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A este centro, mucha gente también llega para sólo ver el espectáculo de quienes vuelan, a admirar el paisaje de San Miguel desde ese mirador natural, a hacer trekking por los alrededores o a disfrutar de alguna picada o tragos al aire libre en el restorán del lugar.
El director de Loma Bola Parapente es Sergio Bujazha, profesional de la actividad y guía turístico, quien dijo a Télam que desde que se abrió el turismo tras la cuarentena "no hemos parado de trabajar, la gente ha revalorizado las actividades al aire libre, y esta es una actividad súper sana, que la gente lo aprecia mucho".
Sobre el Campeonato Mundial de Parapente, de la que Loma Bola fue sede en noviembre con unos 150 deportistas de más de 30 países, contó que es "el evento más importante de parapente en todo el mundo, que se hace cada dos años; se iba a hacer este año en Francia, pero se canceló y ahí nos ofrecimos nosotros, y aunque el proceso fue complejo, se hizo y fue todo un éxito".
También señaló que el mismo mes se hizo el encuentro de "Brujas o hechiceras voladoras", que fue una actividad que llenó el cielo de mujeres, lo que demuestra que "el parapente es una actividad también muy inclusiva para las chicas", agregó.
Al respecto, aclaró que "la única condición que requiere una persona para practicar parapente es tener ganas de volar; el vuelo biplaza no es una actividad muy exigente físicamente, así que lo hacen señoras de 90 años y chiquitos de cinco o seis, y también volamos con personas con discapacidades para caminar; estamos dispuestos a posibilitarle la experiencia a todo tipo de persona".
Consultado sobre cambios en las medidas de seguridad devenidos de un accidente ocurrido en 2018 cuando una mujer perdió la vida al caer durante un vuelo -por una aparente falla humana- dijo que "hubo algunos cambios de protocolo, como una segunda revisación previa y la Ley de Turismo Activo es producto también de aquella situación".
Bujazha afirmó que "ahora hay más seguridad" y explicó que consideraron que "el protocolo que teníamos no era suficiente y alguna vez en 20 pudo suceder ese accidente y en base a eso vimos cómo mejorarlo".
Los vuelos en Loma Bola son sin cargo para los profesionales de la actividad registrados que van con sus equipos propios, en tanto los bautismos o vuelos recreativos de turistas, con pilotos, cuestan 9.000 pesos y duran unos 15 minutos.
Con información de Télam