(Por Gabriel Ramonet) - El contacto directo con la naturaleza a una latitud extrema, la posibilidad de explorar la historia de los pueblos originarios que habitaron el lugar y el silencio que invita a la introspección son los principales atractivos con que el municipio de Tolhuin, en el centro de la provincia de Tierra del Fuego, se postula para competir en el "Best Tourist Villages", el certamen en el que la Organización Mundial del Turismo (OMT) distinguirá en diciembre a los mejores pueblos del mundo para visitar.
La tercera edición de esta competencia que premia destinos emplazados en entornos rurales y que tengan un compromiso con el turismo y el cuidado del ambiente, le permitió a Tolhuin ingresar en la lista de siete postulaciones elaborada por el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación.
Situado a mitad de camino entre las ciudades de Ushuaia (97 kilómetros al sur) y Río Grande (117 kilómetros al norte), este poblado de unos 10 mil habitantes comienza en la cabecera del Lago Fagnano, uno de los más grandes del continente, a la vera de la Ruta Nacional Nº3.
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El pueblo también está rodeado del bosque andino patagónico, en una zona de transición entre la cordillera de los Andes y la estepa fueguina, dentro de un paisaje donde abundan los valles y los espejos de agua de origen glaciar.
Su característica de sitio alejado y extremo, donde el poder de la naturaleza parece invadirlo todo, le han proporcionado la fama de ser un destino ideal para disfrutar del silencio y de la contemplación.
Un ex director de Turismo del municipio, Roberto Berbel, fallecido en 2020, lo definió como "la capital nacional del reencuentro con uno mismo".
Berbel hacía gala de sus dotes de escritor para asegurar que en los bosques que rodean el pintoresco caserío de madera y chapas, "el silencio es el único ruido que se escucha todo el tiempo".
"Yo veo a quienes nos visitan disfrutando cada segundo de los amaneceres y de los atardeceres. Caminando por senderos, navegando, pescando, andando en bicicleta, a caballo o en auto, pero siempre encontrando ese momento de tranquilidad completa que vienen a buscar", decía el ex funcionario mientras aprovechaba el tiempo libre creando esculturas con partes de piezas de artefactos en desuso.
"Tolhuin" significa "corazón" en la lengua de los Selknam, primitivos habitantes de la zona, y de ahí que a este lugar se lo haya bautizado como "Corazón de la Isla".
Creado el 9 de octubre de 1972, a orillas del Lago Fagnano, la pequeña comuna recién adquirió la categoría municipal en 2012, luego de que el censo nacional de 2010 certificó que poseía 3004 habitantes estables, menos de un tercio que en la actualidad.
"Nuestro pueblo se encuentra a la vera de uno de los lagos más grandes de Sudamérica, rodeado de reservas naturales y con el aditamento histórico de conocer sobre los pueblos originarios que lo habitaron. Por todos estos atractivos somos un lugar único para el turismo de naturaleza, de aventura y cultural", afirma el secretario de Producción y Turismo de Tolhuin, Ángelo Fagnani, en diálogo con Télam.
Según el funcionario, quienes visitan el pueblo "buscan salir de las ciudades, incluso aquí en Tierra del Fuego. Hay algo de esa búsqueda por alejarse de la vorágine urbana para apostar por un sitio más tranquilo y con características vinculadas a la naturaleza".
Las autoridades pretenden que el crecimiento turístico del lugar no ponga en peligro ni los atractivos naturales ni las costumbres vinculadas a la seguridad, como dejar las puertas de las casas sin llave, o el auto en marcha mientras se realiza una compra.
En materia de paisajes, la gran atracción de la zona es el imponente Lago Fagnano cuya cabecera descansa en el sitio donde empiezan a vislumbrarse las primeras urbanizaciones del pueblo.
El lago de aguas azules se extiende hasta Chile a lo largo de 117 kilómetros de largo, 8 kilómetros de ancho y profundidades máximas de 200 metros.
El senderismo, otra de las actividades principales del lugar, incluye sectores privilegiados en las reservas provinciales "Corazón de la isla", "Laguna negra" y "Río Valdez", desde donde se accede a bosques centenarios, lagunas, arroyos, acantilados y turbales de singular belleza.
La topografía de la zona, que combina colores con desniveles, invita a los turistas a recorrerla de diferentes formas, desde pequeñas navegaciones hasta trayectos en bicicleta, a caballo o a pie.
Eventos como la "Fiesta provincial de la lenga", que se lleva a cabo todos los años como exponente del desarrollo de los aserraderos locales, o los encuentros religiosos que se realizan cada dos años y cambian la fisonomía y la dinámica del pueblo, constituyen, también, atracciones regulares del "Corazón de la Isla".
Aunque si de tradiciones se trata, la más arraigada entre visitantes y fueguinos es visitar la "Panadería La Unión", un parador particular donde el aroma a pan y facturas recién horneadas se combina con un homenaje al médico René Favaloro y una muestra fotográfica que comprende las visitas más ilustres que tuvo el lugar en los últimos 30 años, incluidos presidentes argentinos y extranjeros, glorias del deporte y artistas de primer nivel.
"Estamos enfocados en potenciar nuestros servicios y nuestra infraestructura. También en poner en valor espacios que hacen a nuestra identidad. Necesitamos tener, por ejemplo, agencias de viajes, y tentar a inversores que ofrezcan algún tipo de navegación por el lago, como alguna vez fue una empresa catamaranes", explicó Fagnani.
Con unas 750 plazas para alojamiento, la mayoría a partir de complejos de cabañas, Tolhuin busca su propio crecimiento al calor de Ushuaia, la ciudad del Fin del Mundo a la que visitan cientos de miles de turistas nacionales y extranjeros cada año.
Pero su enfoque no es el de un turismo multitudinario que necesite de las grandes cadenas hoteleras, sino que como La Carolina (en San Luis), Villa Traful (en Neuquén), Yavi (en Jujuy), Los Antiguos (en Santa Cruz), Laguna Blanca (en Catamarca) y Gaiman (en Chubut), busca posicionarse entre los pueblos del mundo capaces de ofrecer otro tipo de experiencia a los visitantes.
Como sostenía Berbel, un hijo del pueblo que dejó su obra en la orilla del Fagnano, Tolhuin acaso sea ese sitio de naturaleza extrema y conmovedora, y de un silencio tan apabullante que obligue al necesario encuentro con uno mismo.
Con información de Télam