Emoción, adrenalina y buena gastronomía para pasar los cuatro días de Semana Santa en Tucumán

05 de abril, 2023 | 13.54

La Semana Santa en la ciudad de San Miguel de Tucumán puede ser el momento propicio para que además de las actividades religiosas propias de la fecha, el visitante viva experiencias únicas y emocionantes que tienen que ver con la historia del país, la aventura de volar sobre un paisaje de diversas tonalidades y el disfrute de degustar su gastronomía popular, como las tradicionales empanadas y el famoso sánguche de milanesa.

Para comenzar a vivir este feriado largo es recomendable armarse un circuito turístico a partir de la plaza Independencia, que tanto de día como de noche descubre un lugar mágico pleno de movimiento, y en cuyo centro se encuentra emplazada la estatua de la Libertad, obra de la inmensa artista tucumana, Lola Mora, una adelantada para la época.

Rodean ese punto neurálgico la Casa de Gobierno (construida en 1912), de estilo afrancesado; la iglesia catedral, con su fachada de estilo neoclásica y en cuyo interior conserva la Cruz Fundacional de Ibatín; y la silueta de la iglesia de San Francisco.

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El centro histórico, para el deleite de los visitantes, cuenta con elegantes comercios, impecables luminarias y calles peatonales donde la gente se maravilla al descubrir la Casa Histórica, que después de una serie de reformas luce en todo su esplendor.

"La casa fue construida en la década de 1760 por el comerciante Miguel Laguna para su hija, Francisca Bazán, y su fachada pudo ser reconstruida gracias a una foto -que se conserva en su interior- tomada por Ángel Paganelli, que sería la única de la original, por lo fue de importancia fundamental para el futuro", relató a Télam David Intile, del Ente Tucumán Turismo.

"La casa, que tuvo un avanzado deterioro con el tiempo, fue expropiada por el Gobierno Nacional en 1846, y hasta supo ser sede del Gobierno de la Provincia. Con el descubrimiento de los planos es que se empieza a remodelar todo el interior y lo único que queda como original es el recinto de la jura y el aljibe", agregó.

Si bien por fuera parece de dimensiones más pequeñas -dos alas laterales fueron suprimidas- su interior es de una amplitud asombrosa, con salas totalmente remodeladas y colmada de elementos muy bien dispuestos, además de tecnología que hace de su recorrido un entretenimiento para todas las edades.

Muy cerca de allí, otra casa muy cara para el sentimiento de los tucumanos es la del expresidente Nicolás Avellaneda, que entre otras acciones fue quien trajo a la provincia el ferrocarril, permitiendo el desarrollo de la industria azucarera.

Llamada también 'la casa de las 100 puertas', esta construcción colonial es un museo con objetos traídos de los Valles Calchaquíes que pertenecieron a las culturas prehispánicas Tafí y Ciénaga, además de un pequeño menhir, urnas funerarias, obras de la Cultura Santa María, y muchas otras curiosidades.

Más alejado del centro, a 800 metros de la Plaza Independencia, en el denominado Barrio Sur, se encuentra el Museo Belgraniano, donde se erigió una réplica de la casa que habitó el general Manuel Belgrano en terrenos donde se desarrolló la Batalla de Tucumán, el trascendental triunfo sobre las tropas realistas.

"La casa réplica se construye en el momento del bicentenario de Tucumán, en 2012, con la aprobación del Instituto Nacional Belgraniano, por lo tanto se respetó el estilo, con paredes de adobe, piso de ladrillo, y techo de paja, tacuaras y juncos, y frente a la misma, la Pirámide de la amistad, un monumento que le dedica Belgrano a San Martín que tiene mas de 200 años y actualmente es el mas antiguo de la ciudad", explicó Intile.

Para completar el recorrido histórico hay que trasladarse al Parque 9 de Julio, hacia un sitio imprescindible para conocer la historia de la industria azucarera; la casa-museo del obispo Colombres, el primero en industrializar y traer una máquina a vapor para procesar la caña de azúcar.

"El obispo decide quedarse acá, que era su finca de vacaciones -en esa ápoca a las afueras del ejido urbano-, realiza plantaciones de cañaverales e instala un trapiche", detalló Florencia Blanco, encargada de presentar el lugar.

Entre las varias salas de esta casa colonial de dos plantas está la dedicada al proceso de la caña de azúcar, otra con información sobre la política vinculada a la industria azucarera, a los trabajadores y sindicatos que se formaron, y también una sobre los pueblos que se crearon a partir de cada ingenio, además de una sorpresa respecto a un mito que se originó por esa industria.

Después se zambullirse en tantos acontecimientos y lugares históricos es tiempo de hacerlo en el aire, literalmente, para lo cual el espíritu aventurero dirige al visitante hacia el cerro San Javier, un lugar encantador con diferentes propuestas para todos los gustos.

La aventura comienza en el centro Loma Bola, donde parapentistas de todo el país llegan para volar en parapente sobre el paisaje tucumano durante 15 minutos, mezclando adrenalina y el placer de sentirse libre mientras los instructores acompañan al visitante en una experiencia inolvidable. Sus vuelos están disponibles todos los días, con horarios que se extienden entre las 11 y 17 horas.

Para seguir jugando con los sentidos, el Raki ofrece todo tipo de alternativas: tirolesa, arborismo y la palestra más grande de todo el norte argentino, convirtiéndose en el parque de juegos aéreas más grande de argentina.

Resulta mágico encontrarse en el cerro con un rincón de Francia, como es con Villa Nogués, un pequeño poblado cuya historia se remonta a 1899 con la construcción de la casa de veraneo del ingeniero Luis F. Nougués, industrial azucarero que gobernó Tucumán entre 1906 y 1909.

Después de tanta historia y aventura, una parada para degustar la exquisita gastronomía tucumana -la típica empanada, humitas en chala, pastas, o las mejores carnes, entre otros platos- es el hotel spa eco resort Sol San Javier, desde cuyas terrazas se tienen las mejores vistas de la pista de parapentes, la ciudad, y el Cristo Bendicente, rodeado de la exuberancia de la Yunga en un ambiente de categoría.

Es justamente el Cristo Bendicente el lugar ideal para apreciar como la noche va cubriendo el cielo tucumano una vez que se ha caminado por los senderos del cerro, y disfrutar de un impactante espectáculo de luz y sonido.

"El Cristo tiene balcones en los cuatro puntos y se ve la ciudad de San Miguel con Yerba Buena, que es la primer localidad, y para el lado de atrás se ve Raco, El Siambón, y todas otras localidades turísticas dentro del circuito de las Yungas", sintetizó Sebastián Giobellina, presidente del Ente Tucumán Turismo y del Consejo Federal de Turismo.

Antes del comienzo del espectáculo, que cuenta con un guion por el que desfilan todos los personajes icónicos de la provincia, la música, y por supuesto la religión, Giobellina explicó que el lugar "es parte de la primera inversión en la provincia del Programa 50 Destinos del Ministerio de Turismo y Deportes".

Con esos fondos se construyeron locales comerciales, pasarelas, una dependencia de la policía de Tucumán, parada de micros y la oficina de informes turísticos, "todo planteado de alguna manera para que haya accesibilidad a todo el predio", subrayó Giobellina.

Es momento de bajar y retomar el serpenteante camino que envuelve el cerro -si se le da toda la vuelta se llega hasta el dique El Cadillal- y detenerse en 'La Primera Confitería', que según contó Giobellina "es un lugar emblemático que después de 33 años cerrado lo recuperamos y lo abrimos en 2022" junto a su actual propietaria, Carolina Vani.

Los 4 días de Semana Santa en la capital tucumana no pueden estar completos si no se prueba el famoso 'sánguche de milanesa´, producto que en 2011 marcó un récord Guinness al cocinar el más grande del mundo: 2,60 metros de largo por 54 centímetros de ancho.

En marzo de 2023 se organizó por primera vez la Semana del Sánguche de Milanesa, en el que se inscribieron 200 participantes de toda la provincia de Tucumán, y sólo en la capital provincial hay más de 100 sandwicherías.

Con información de Télam