En la región del NOA, Santiago del Estero se caracteriza por servir sus comidas en los tradicionales "patios", donde en un piso de tierra rodeado de plantas suelen acompañar los bombos legüeros de alguna chacarera, y se destacan las empanadas y pasteles (como llaman a las empanadas fritas) de carne, charqui o mondongo, así como el locro, los tamales, la chanfaina, y el cabrito al horno de barro.
En cuanto a los panificados, el chipaco, el moroncito elaborados con chicharrones y grasa son fundamentales al igual que el rosquete, mientras el patay, los arropes de tuna, chañar y bolanchao, son alimentos que se mantienen como resabios vivos de la comida originaria, así como la mazamorra e infusiones saborizados con yuyos como poleo y cedrón.
La ciudad de Loreto, conocida como la "Capital del Rosquete", por la elaboración de las sabrosas roscas azucaradas, celebra cada febrero su Festival Nacional, mientras el cabrito también tiene un destacado espacio en el Concurso de Asadores en Las Termas de Río Hondo, así como en Sumampa resalta el Concurso Nacional del Asado con Cuero y el locro criollo.
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En Salta, si bien se destacan el locro, la humita y los tamales, el más emblemático es la empanada salteña, que representa en sí misma una marca de identidad y posee un impacto económico importante por la gran cantidad de personas que se dedican a su elaboración, con papa, huevo, cebolla, pimiento y carne cortada con cuchillo, sazón y al menos 12 pliegues en el repulgue.
Varios concursos y encuentros se organizan en base a este ícono de la gastronomía local, y el 4 de abril, que es el Día de la Empanada Salteña, se realiza el concurso provincial, del que participaron representantes de 37 municipios en su última edición.
La humita es también una de las comidas típicas de Jujuy, especialmente de la región de la Quebrada, donde se prepara este alimento a base de choclo que es cosechado en la zona. Se trata de una comida ritual porque tiene que ver con la vigilia de Semana Santa, pero se la puede conseguir durante todo el año gracias al proceso de conservación, y se la condimenta con mucha albahaca para que finalmente hierva algo más de media hora.
La humita se consigue en restaurantes, y en mercados y ferias como las que suelen realizar cocineros populares en Tilcara; mientras en la localidad de Juella se realiza todos los años el Festival del Durazno, la Humita y el Folclore, uno de los más esperados de la región.
En Tucumán, además de platos típicos norteños, el sánguche de milanesa se convirtió en los últimos años en una referencia provincial ante los reconocimientos que se realizaron en honor a José Norberto "Chacho" Leguizamón, quien abrió su primer local en 1973 en un puestito de lata sobre avenida Mate de Luna, donde sus preparaciones se erigieron en los preferidas por camioneros, taxistas y transeúntes, al punto que hoy se los consigue en locales exclusivos, restaurantes, bares en formato take away y en puestos callejeros.
En Catamarca, el jigote no es solo un plato más en provincia, sino que es el más representativo y popular y cada 3 de enero se celebra en Belén la Fiesta Nacional en honor a este plato, que se prepara con carne molida, pan casero, queso, cebolla, huevos y especias y que, según la tradición, era ofrecido a los jornaleros para recuperar energía tras arduas jornadas de trabajo.
Catamarca también es conocida por confituras como la nuez confitada, preparada en base a dulce de leche y nuez, recubierta con una fina capa de fondant.
Con información de Télam