Cuando se piensa en irse de vacaciones a la playa, en nuestro país está muy asentada la idea de que se está hablando de las playas de la provincia de Buenos Aires, las más populares y que siempre se roban los reflectores en época de temporada de verano con sus shows, atracciones y balnearios sobrepoblados de gente que juega al tejo, se tira al agua, mira las olas o come choclo. Pero un territorio le va haciendo cada vez más “pelea”: el sur.
Y una de las cosas por las que adquiere buena fama es por ser la contraparte de sus hermanas bonaerenses: playas de arenilla blanca, aguas tranquilas, transparentes y en algunos casos sorprendentemente cálidas, la posibilidad de estar más cerca de la fauna marina y los extensos territorios (4000 kilómetros de costa marítima) solitarios para buscar paz y tranquilidad son la punta de lanza con la que la Patagonia y sus balnearios quieren demostrar que son más que una segunda alternativa.
El sur es más que Bariloche
En los últimos años, las temporadas sureñas de verano han venido con un crecimiento exponencial y esto no apunta a decrecer en el futuro, sino más bien todo lo contrario. Nuestra Patagonia es uno de los puntos turísticos favoritos tanto para argentinos como para personas de todo el mundo.
Existen muchos motivos y formas en las que los turistas deciden ir de viaje al sur. Buscando desconectar de la ajetreada vida de la ciudad, algunos eligen irse de camping, a una cabaña o viajar de mochileros. Los menos “aventureros” igualmente pueden seguir eligiendo descansar en hoteles. Por dar un ejemplo que también es referencia, Bariloche todos los años está entre los destinos locales más elegidos por argentinos, con sus montañas, como el cerro Catedral, el Otto o el Campanario) y sus reservas naturales. Sin embargo, no todo en el sur es Bariloche y el viajar nos puede encontrar con algunos territorios maravillosos. Las playas del sur son en su mayoría imperdibles y por eso dejamos una lista de algunos de los balnearios más recomendados.
Puerto Madryn, un clásico
De la provincia de Chubut llega uno de los destinos turísticos más tradicionales del sur y del país, que tiene a diferencia de buena parte de las playas más lindas de la Patagonia, una fluida oferta hotelera, que se suma a actividades turísticas que son un sello de la ciudad, como el avistaje de ballenas, la práctica de deportes acuáticos, o la visita a museos como el del Hombre y el Mar o el Museo Municipal de Arte. A unos 20 kilómetros de la ciudad está la playa El Doradillo, convertido en Área Protegida porque las ballenas francas australes se aproximan mucho a sus costas, y en época invernal, llegan al lugar a tener a sus crías en la zona del Golfo Nuevo. Es un territorio sin ninguna construcción dedicada al turismo, solamente hay un estacionamiento y las personas que allí van la buscan para estar en un ambiente más relajado entre la naturaleza.
Las Grutas, una tradición
Probablemente una de las playas más lindas del país. Nació como un balneario de verano para la ciudad de San Antonio Oeste, pero ya ha pasado a ser un pequeño pueblo propiamente dicho. Todos los años gana nuevos visitantes gracias a sus aguas cálidas y cristalinas y por su contacto con la naturaleza del lugar.
Está ubicada en Río Negro y para muchos el premio de Flight Network en 2019 que la catalogaba como la mejor playa de Argentina y una de las mejores de Latinoamérica era un secreto a voces, algo que los que la visitaban con continuidad ya sabían. Las aguas del Golfo de San Matías pueden llegar a los 27 °C, y sus playas son extensas, por lo que es una de las predilectas de los turistas y una de las mejores en el sur para viajar con niños.
El “caribe” patagónico
Hay un lugar que todos los años revalida su título de la “joya del sur”: Punta Perdices, en la Provincia de Río Negro.
Cada año, el destino alcanza nuevos niveles de popularidad y se debe sobre todo a las aguas calmas de color turquesa y sus playas de arenilla blanca, lo que la hace parecer un lugar más propio del Caribe que de Argentina. Es un lugar ideal para hacer deportes como el kayak y para nadar tranquilamente. El lugar está a unos 1050 kilómetros saliendo desde la Ciudad de Buenos Aires y a 180 kilómetros de Viedma.
Sin embargo, hay que tener en cuenta varias cosas antes de lanzarse a vacacionar en este lugar. Primero que nada y lo más importante, que no tiene alojamientos, por lo que los lugares más cercanos para hospedarse están en Las Grutas y en San Antonio Este, a unos 60 kilómetros de distancia, por lo que es un lugar para vacacionar si se tiene auto con el que poder ir y volver. Además, tampoco hay alquiler de sombrillas, lo que significa que hay que ir equipado y con calzado cómodo porque caminar descalzo te puede lastimar los pies por la cantidad de caracoles bañados por las costas.
Yuco, la esmeralda de los Andes
Emplazada en Neuquén, a 25 kilómetros de San Martín de los Andes e inmersa en el Parque Nacional Lanín, se encuentra esta playa con sus aguas de un brillante verde esmeralda rodeada de un imponente bosque de arrayanes, colihues y raulíes. El agua, a diferencia de las dos playas anteriormente mencionadas, es fría porque sus aguas son de origen glaciar.
La playa de Yuco no tiene ningún tipo de servicio o infraestructura para beneficio del turista, está cerca de reservas naturales, así que no veremos más que estos hermosos balnearios si vamos allí. Para estar todo el día tendremos que llevar nuestros propios alimentos o provisiones y sentarnos a disfrutar del paisaje en los bancos y mesas al aire libre que hay allí.
Pero eso sí, no hay que descuidar la limpieza y recordar que estamos en un área protegida. Se puede llegar a sus playas tanto por medio de auto (aunque el estacionamiento es limitado) o haciendo trekking, lo que ya de por sí hace que el camino hacia el balneario sea otra aventura aparte por estar rodeados de un hermoso “puente” de árboles.