(Por Florencia Fazio) - La ciudad de Lincoln celebrará "CarnavaLincoln", una de las mayores fiestas populares de la provincia de Buenos Aires, desde este viernes hasta el próximo martes, una propuesta con entrada libre y gratuita, que "no se agota solo en un género", que invita a escapar "de los tiempos que se viven" y que convierte a "los espectadores en los protagonistas" de cada una de las cinco noches de festejo.
"El arte es todo. En el carnaval hay una idiosincrasia impresionante. Hay que vivirlo para sentirlo y para entender lo que significa", manifestó el subsecretario de Turismo de Lincoln, Cesar Ferreyra, en diálogo con Télam, sobre las celebraciones que coronarán este fin de semana largo la ciudad que, desde 1994, es distinguida como la Capital Nacional del Carnaval Artesanal (https://www.instagram.com/carnavalincoln/).
"Durante cinco días, todo el ingenio del linqueño se vuelca en función de la diversión para sacar un rato la cabeza de los tiempos que se viven, primero con la pandemia de coronavirus, después con las cuestiones sociales y las guerras en todo el mundo. Quienes no se pueden ir de vacaciones también tienen Lincoln como alternativa, y turísticamente tiene todo para ofrecer", agregó el funcionario.
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En las noches de carnaval, una historia de más de 130 años que continúa construyéndose día a día, la principal avenida de la ciudad se convierte en un corsódromo a cielo abierto, por donde desfilan comparsas, batucadas, con sus decenas de historias, ritmos y colores, y carrozas gigantes, que rescatan personajes y sucesos de la vida cotidiana.
Con el lema "Somos la fiesta, somos carnaval", esta edición no es la excepción, dado que habrá una pasarela de 700 metros de largo emplazada en la avenida Massey será caminada por siete comparsas, La Fusión, Samba Axé, Fénix Samba, G.R.E.S. Chimichurri, Unidos do Samba, Caú-Caú y Samba-Samba, y seis batucadas Shembé, Misterbanda Sambayón, Masturbanda, Escorpio, Batuke y La Banda; cada una participará en tres de las cinco noches.
A su vez, marcharán unas 80 minicarrozas, carrozas, máscaras sueltas, atracciones mecánicas, marionetas y cabezudos construidos por artesanos locales, con la técnica de cartapesta y que alcanzan más de tres metros de alto, en un afán por emular con gran originalidad los carnavales más aclamados del norte de Italia.
Estas celebraciones, cuyo primer documento que atestigua su origen data de 1347 en la región italiana de Las Marcas, se propusieron como una oportunidad para liberar la imaginación y romper con el statu quo: durante los días de carnaval, todos -desde el siervo de la gleba hasta el rey y el clérigo- anulaban su identidad detrás de la máscara, desaparecían las distinciones sociales y eran iguales ante la ley divina.
La particularidad de "CarnavaLincoln" es que difiere del resto: "no tiene que ver con los orígenes rioplatenses de la murga, como los de (la ciudad de) Buenos Aires; ni con las tradiciones indígenas, como La Chaya riojana o el carnaval jujeño; ni tiene una ascendencia africana y brasileña, como los carnavales mesopotámicos, donde sus principales exponentes son las comparsas y batucadas", contó a Télam el jefe de Gabinete linqueño, Ramón Parera.
Sus inicios se vinculan a carros disfrazados y músicas españolas e italianas hasta 1928, cuando comenzó a volcarse exclusivamente a costumbres y tradiciones italianas de la mano de Enrique Urcola, un artista local que había trabajado como escenógrafo en el Teatro Colón y había aprendido las técnicas de cartapesta traídas de carnavales italianos.
Como plus, el programa del carnaval linqueño contempla la selección de la Embajadora Cultural y shows en vivo para despedir cada jornada: el viernes, Karu Cuarteto y Naiquén Galizio; el sábado, Magui Olave, la voz femenina del cuarteto; el domingo, Tyago Griffo; el lunes, la banda de folklore Campedrinos; y el martes, el cuartetero Damián Córdoba.
"El carnaval tiene el valor social de seguir siendo una herramienta maravillosa del arte y de la cultura para la integración y la inclusión social. Por un lado, es disfrutado por todos, sin distinción y de manera mancomunada; por otro, los espectadores se vuelven los protagonistas de la noche", manifestó Parera.
La ciudad de 45.000 habitantes, enclavada en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, se transforma durante cinco días en el centro de atracción de la región, con un evento organizado por la Municipalidad de Lincoln, que se propone para toda la familia, con espectáculos gratuitos, más de 3.000 trabajadores en escena, y más de una decena de cantinas y una veintena de camiones de comida.
De acuerdo con Ferreyra, "la expectativa es muy alta", se prevén "entre 20.000 y 30.000 personas por noche" y "ya casi no quedan plazas hoteleras, ni informales", un movimiento que adjudicó a "cuestiones económicas que generaron que la gente cambie un poco el paradigma turístico y que ahora se mueva, en gran medida, a poca distancia, en pocos días y con eventos gratuitos".
El carnaval atrae visitantes del sur de las provincias de Córdoba y Santa Fe, y de otras localidades ubicadas en un radio de aproximadamente 250 kilómetros, como Luján, Chacabuco, Chivilcoy, Bragado, Ameghino, General Pintos, Carlos Casares, Carlos Tejedor, entre otros distritos, y los pueblos que conectan Lincoln con el pampeano General Pico.
"El municipio aporta el 100% de la estructura, el armado y los artistas, en un esfuerzo enorme, y lo recaudado se redistribuye totalmente, termina redundando en la economía local. Que Lincoln haya decidido hacer el carnaval, cuando casi el 60% de las fiestas nacionales y provinciales fueron suspendidas, habla bien de su impronta", concluyó el subsecretario de Turismo local.
Con información de Télam