Si bien los lugares ideales para el astroturismo son las zonas de cielos diáfanos, de baja humedad, con noches oscuras y sin contaminación lumínica, como las montañas y sierras, la actividad se ha extendido a humedales y también a ciudades con mucha luminosidad nocturna, como Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, en instalaciones específicas, como los planetarios y observatorios, o en parques y plazas.
La Ciudad de Buenos Aires (CABA) cuenta con el planetario más concurrido por vecinos y turistas del país, el Galileo Galilei, ubicado en los bosques de Palermo.
En sus instalaciones, además de la observación del cosmos y visitas gratuitas con turno, se brindan charlas, espectáculos y otras actividades para adultos y niños, vinculadas al espacio.
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La capital cordobesa cuenta con el Observatorio Astronómico Córdoba, que es un tradicional espacio de esa ciudad para observar las estrellas, con acceso del turismo.
Allí también se ofrecen visitas gratis a su museo y, si el clima lo permite, los visitantes pueden utilizar el telescopio Ecuatorial para la observación.
La ciudad de Córdoba también desarrolla astroturismo en el Parque Las Tejas y su Plaza Cielo Tierra, que es una iniciativa de la Universidad Nacional de Córdoba y el Gobierno provincial.
Allí está el Planetario Julio Verne, que ofrece una Función Astronómica, mediante un proyector donado por la ciudad francesa de Nantes, donde nació el escritor que le da el nombre.
La intendencia de Mendoza lleva adelante el programa Astroturismo, en la Terraza Jardín Mirador del edificio de la municipalidad, donde los visitantes pueden aprender sobre el cosmos, con guías profesionales y la ayuda de telescopios.
Con información de Télam