(Por Florencia Alamos) La Ruta Natural del Delta, que se extiende por las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, es un ecosistema único que acompaña al río Paraná, ideal para escapadas de fin de semana, que ofrece al turista opciones como actividades náuticas, recorrer bosques y humedales, y avistar fauna autóctona en reservas y parques nacionales.
Esta ruta compone uno de los 17 circuitos del programa Ruta Natural del Ministerio de Turismo y Deportes, cuya extensión es de 548 Kilómetros, de los cuales casi 290 están en territorio bonaerense: desde Tigre a San Nicolás, pasando por Campana, Baradero, San Pedro y Ramallo, entre otros destinos.
Sobre el eje de la Ruta Nacional (RN) 9, estas ciudades de la ribera del Paraná son la puerta de acceso a áreas como el Parque Nacional Ciervo de los Pantanos; la Reserva Natural Urbana Parque del Este, en Baradero; la Reserva Vuelta de Obligado, cerca de San Pedro; la Reserva Municipal de Ramallo y la Reserva de Aguiar, en San Nicolás.
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Un recorrido por territorio bonaerense tiene a Tigre en su inicio, con las islas del Delta, a 40 minutos de la Ciudad de Buenos Aires.
Desde su puerto fluvial parten lanchas y excursiones en catamaranes para pasar el día en los recreos, ir a restaurantes con vista al río o alojarse en las islas, que ofrecen desde rústicos hospedajes a establecimientos con spa y gastronomía gourmet.
En Tigre se puede disfrutar de la naturaleza a la vera de arroyos marrones zigzagueantes; pasear por el Casco Histórico, el Puerto de Frutos -devenido en un enorme centro comercial a cielo abierto con productos variados-, el Paseo Victorica y el circuito del antiguo Camino Real.
Un poco más adelante, a 10 kilómetros de la ciudad de Escobar sobre la ribera del Luján, está la Reserva Natural Puertos, cuyo objetivo es constituir un corredor biológico de bosque de Delta paranaense para la fauna local: se identificaron 160 especies de aves.
Es un lugar ideal para pasar el día, caminar o andar en bicicleta por sus más de 6 kilómetros de senderos.
En el kilómetro 63 de la RN 9, y muy cerca de Campana, aparece un punto clave de este circuito natural: el Parque Nacional Ciervo de los Pantanos, uno de los humedales más importantes de la provincia de Buenos Aires y de los más recientes parques nacionales.
Este lugar, que se creó sobre la base de Reserva Natural Otamendi, ofrece un paisaje de selva ribereña en sintonía con pastizales pampeanos y bosques de la barranca, y especies autóctonas de flora y fauna. Allí se puede avistar con binoculares al animal que le da el nombre, que es la especie más grande de Sudamérica, en peligro de extinción y declarado Monumento Natural.
Pero el ciervo no es la única atracción, ya que en el Parque también habitan cuises, hurones y hay plantas como las serruchetas, totoras y pajas bravas, mientras que en la barranca se conforman bosques de talas, sauco, ombú y espinillo.
Es un gran lugar para hacer un picnic y caminar sin la prisa de las apretadas rutinas. Se puede visitar sin reserva previa ni costo de acceso, de 10 a 18, mientras que los senderos están habilitados de 10.30 a 17. Para mayor información ofrece el WhatsApp (3489) 579-125. Si bien no cuenta con zona de campamento, hay campings y alojamientos en Campana, la ciudad más cercana.
La siguiente parada es Baradero, cuna de la primera colonia agrícola suiza del país, en la orilla occidental del río del mismo nombre.
En Baradero hay balnearios, clubes náuticos y campings. Y, próxima al centro, se puede conocer la Reserva Parque del Este para observar la diversidad biológica y ambientes de la región.
También se puede aprovechar para conocer alguno de los atractivos culturales que ofrece la ciudad, como el Anfiteatro Municipal Pedro Carossi, el Parque Sarmiento, el Museo de Autos Clásicos y Antiguos, la Colonia Suiza y el Museo de los Alpes a las Pampas.
En el kilómetro 148 se llega a San Pedro, en donde hay variedad de alojamientos, que combinan el verde de las barrancas y el marrón del Paraná y que van desde hoteles o aparts, a cabañas o campings.
En San Pedro son tradicionales los asados y pescados frescos, pero también el postre típico de la zona: la ensaimada.
Además de coloridos montes frutales cuenta con un circuito de 14 museos, que abarcan temáticas diversas como historia, arte expresionista, paleontología, tecnología agropecuaria y automovilismo.
Cerca de San Pedro, en el kilómetro 199 aparece la Reserva Vuelta de Obligado, que bordea el Paraná y que se destaca por sus senderos y por la flora y fauna típica del nordeste bonaerense.
Otra visita para combinar en este punto es la del Monumento y Museo Histórico Batalla de Obligado, ubicado en un parque a orillas del río.
La ruta continúa y en el kilómetro 261 se llega a Ramallo, pueblo que está recostado sobre el tramo más ancho del Paraná, y posee un extenso curso de agua que posibilita la práctica de deportes náuticos. Por el Camino de la Costa se puede visitar la Reserva Ecológica Municipal de Ramallo, otro sitio que cuenta con uno de los pocos bosques nativos.
Se trata de un área protegida de unas 16 hectáreas que presenta una variada vegetación característica, numerosas especies de aves, mamíferos, reptiles y peces. Hay senderos para caminar y sitios arqueológicos donde se encontraron cerámicas con pinturas y grabados indígenas, además de un importante yacimiento de fósiles.
San Nicolás, la última ciudad que atraviesa la ruta natural del Delta en territorio bonaerense, en el kilómetro 287, se caracteriza por el paisaje que brinda el río Paraná y los arroyos Seco, Del Medio y Ramallo, y también porque representa un importante centro de peregrinación religiosa.
En sus edificios históricos se firmó el "Acuerdo de San Nicolás", hito de la organización nacional. Cuenta con miradores con vista al río, la costanera y la playa y el Parque Regional, Forestal y Botánico Rafael de Aguiar, creado en 1959, ideal para recorrer bordeando las lagunas y la ribera repleta de sauces y alisos.
En el ingreso al Parque está la Escuela Municipal de Kayak, donde se pueden coordinar paseos recreativos y actividades acuáticas sin necesidad de tener experiencia.
La ruta del Delta se puede recorrer durante todo el año, pero si el objetivo del viaje es la observación de aves, se recomienda ir durante otoño o primavera. Para disfrutar de sus playas, lo mejor es hacerlo en verano y aprovechar los meses de febrero y marzo para ver la floración del irupé.
Con información de Télam