Jujuy muestra una paleta de contrastes paisajísticos que invitan a adentrarse en las regiones de la Quebrada de Humahuaca, Valles, Puna y Yungas, con propuestas al aire libre para que el visitante se contacte en directo con el terruño, la cultura y la particular sazón de sus sabores.
Además de los sitios emblemáticos y tradicionales como el cerro de Siete Colores, Las Salinas Grandes y Las Serranías del Hornocal, la provincia propone a los viajeros "armar su aventura" con opciones como senderismo y turismo rural y comunitario.
"Jujuy, lo que ofrece en sus productos turísticos es un mundo de contrastes con el acento puesto a experimentar el contacto con la naturaleza que varía en las regiones de los Valles, Yungas, Quebrada y la extensa Puna", dijo a Télam, Sandra Nazar, directora de Turismo de Jujuy.
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Las autoridades turísticas celebraron que en los primeros días de la temporada de verano 2022, Jujuy registra un 80% en promedio de ocupación hotelera en sus 12.000 plazas disponibles.
Alentados por el alto impacto que generó el programa Previaje, la provincia aglutinó a 230 prestadores de servicios que adhirieron a la política pública nacional, entre agencias de viaje, transporte y alojamiento.
En los últimos años Jujuy trabaja para que el desarrollo turístico adquirido por la Quebrada de Humahuaca - declarada Patrimonio de la Humanidad- "se derrame en otras regiones", como lo indican las campañas de promoción turística en redes sociales bajo la premisa "Energizate en Jujuy".
Con la propuesta de turismo rural de base comunitaria los turistas disfrutan de la belleza de la naturaleza y además participan de un intercambio auténtico con los lugareños y contribuyen a la economía y bienestar de pequeñas comunidades rurales.
Caspalá es el pueblo estrella del Departamento Valle Grande para descubrir la vida comunitaria luego de ser recientemente distinguido por Organización Mundial de Turismo por calidad patrimonial entre los más sostenibles del mundo.
Allí se pueden vivenciar los rituales, participar de las festividades, las tradiciones y prácticas artesanales de antaño, como la elaboración de rebozos multicolores, por lo que se luce como una propuesta con "mucha identidad y cultura".
Los pobladores prefieren evitar la llegada masiva de visitantes a estos destinos, debido a que se los recibe en casas de familias y cuentan con plazas limitadas tanto para la pernoctación como para las actividades.
Otra opción es el paraje Ocumazo, donde existe un gran perfeccionamiento de la agroecología y además, en pueblos como Rodero, se impone una oferta de cabalgatas, mientras que en el paraje de Hornaditas los anfitriones son especialistas en convertir a los turistas en protagonistas de la vida cotidiana del campo.
A ellos se suma el colorido pueblo Cianzo, cercano a las Serranías del Hornocal, para disfrutar de un comedor entre los cerros o bien llegar al pie de la inmensidad del cerro multicolores para disfrutar de una extensa finca, en el departamento Humahuaca.
En la extensa Puna los viajeros se inclinan a recorrer la ruta nacional 40, corredor que lleva a descubrir el "Valle de la Luna", considerado uno de los 10 mejores paisajes de esa región, a 5 kilómetros al sudeste del pueblo de Cusi Cusi y a unos 3.800 metros de altitud, en el extremo norte provincial.
Hacia el oeste se ubica el antiquísimo pueblo de Susques y la ruta provincial 11, que permite avanzar por pueblos como Barrancas, que cuenta con un Centro de Interpretación Arqueológica (CIA) a pocos kilómetros de Salinas Grandes y rodeado por enormes farallones.
El CIA, de destacada arquitectura, está inspirado en la "Piedra Mapa", y se integra a la perfección con el paisaje de la puna.
Su ubicación estratégica brinda al visitante una vista panorámica única, mientras que en sus espacios el visitante puede encontrar información detallada de las sociedades que poblaron el valle de Barrancas desde 650 años Antes de Cristo.
En la región de Valles los espejos de agua en la ciudad de El Carmen, el Dique la Ciénaga y Las Maderas o pueblo de San Antonio se ubican en un radio de 30 kilómetros en referencia San Salvador, convertida en los últimos años en el principal centro de distribución.
Los turistas se estacionan en la ciudad capital y desde allí recorren la Quebrada de Humahuaca y programan salidas a circuitos cercanos como Las Termas de Reyes, el Parque Potrero de Yala o Tiraxi.
En la región de las Yungas la exuberancia de la selva, con sus pisos de vegetación que ponen las nubes a la altura de los ojos, se luce el Parque Nacional Calilegua, una de las áreas protegidas con mayor biodiversidad del país.
Once senderos, la mayoría de dificultad media y baja, llevan a los visitantes por una aventura llena de colores y sonidos para deslumbrarse con el entramado tapiz de la selva, ríos encajonados entre abruptas peñas y múltiples especies animales y vegetales que habitan esta reserva del sureste jujeño.
"Jujuy es el norte para todo viajero", definió Nazar, al considerar que mantiene "una mística y encanto que provoca que los visitantes vuelvan una y otra vez", ese misticismo tiene que ver "principalmente con su espíritu anfitrión y la identidad tan fuerte que está en todos lados".
"La provincia obtuvo un gran crecimiento de su oferta de turismo alternativo, entre ellas, la práctica del senderismo que tomó protagonismo y dependiendo de la región se hallan múltiples circuitos", explicó a Télam Andrés Cussi, guía profesional de senderos y turismo tradicional.
La Quebrada de las Señoritas (en Uquía), Inca Cueva (Humahuaca), el Puente del Diablo (Tres Cruces), Las Cuevas de Huayra (Tilcara), Las Termas de Jordán, la Fuente del Jaguar, La Cascada de la Toma, La Cascada de los Loros (Yungas), son algunas de las alternativas que persiguen los viajeros.
En su extensa geografía, "se pueden armar circuitos para personas que nunca hicieron senderismo y también está posibilidad de avanzar con actividades de tres a cuatro días o ascensos de alta montaña como al Cerro Chañi", relató el especialista.
Entre las caminatas más exigentes se destaca el circuito Tilcara, en la Quebrada de Humahuaca, que llega a Calilegua, en el corazón de las selvas jujeñas, y es una opción que muchos extranjeros llegan a recorrer, porque implica acampar en varios puntos y compartir con las comunidades que unen el circuito, en un marco de horizontes multicolores y el frondoso verde yungeño.
Jujuy cuenta por ley con un registro de prestadores de servicios de turismo activo, que pretende regular la actividad y garantiza la profesionalización de los guías inscriptos, que figuran en el sitio web http://www.turismo.jujuy.gob.ar/.
Las excursiones que ocupan la mitad del día alcanzan un costo de 2.000 a 3.500 pesos, según la dificultad y los servicios ofrecidos, que en algunos casos incluyen el almuerzo, aunque esos números varían según los kilómetros, horas de caminatas y otras consideraciones.
Quienes experimenten estos recorridos deberán avanzar con un calzado cómodo, protector solar factor 50 o más, gorra o sombrero, agua potable y cumplir con premisas como respetar la naturaleza, dejar en el sitio los restos arqueológicos que se puedan encontrar, no hacer fuego y tener una actitud de sana convivencia con los comuneros.
En cada una de las regiones se distinguen intensos sabores debido a que la mayoría de los productos se cultivan y cosechan en Jujuy y luego se encuentran en platos que se elaboran en pequeños comedores hasta restaurantes gourmet.
La variedad de papas, maíces y la sazón picante de sus preparaciones -típica tradición del altiplano-, también deja su marca en los comensales al degustar, por ejemplo, tamales, una sopa majada, la kallapurca, preparaciones con carnes de llama o cazuelas de cabritos.
También está el postre de tres composiciones: tamal dulce relleno de una compota con productos de las cuatro regiones, con una trufa de quesillo, miel y caña, un alfajor de amaranto y quinoa y un relleno de un dulce de papa oca al chocolate blanco, elaboración de Gustavo Facundo Aparicio, técnico superior en Cocinas Regionales y Cultura Alimentaria, quien ganó en Córdoba la 12° Edición del Concurso Casalta Cocina, en diciembre del 2021.
Los hospedajes económica de la provincia son los hostels, "con un precio que oscila entre los 1.500 y los 2.000 pesos por persona", precisó a Télam Cristian Boglione, presidente de la Cámara de Hoteles, Gastronómicos y Afines de Jujuy.
Los hoteles con baño privado y dormitorios con plaza doble van desde los 5.000 a los 20.000 pesos por noche que cobran los hoteles de cuatro estrellas y boutique en la Quebrada de Humahuaca.
Jujuy tiene una buena relación de precio y calidad, por lo que los visitantes abonan con gusto el valor de su estadía, las experiencias, las comidas y artesanías que adquieren en sus recorridos, aseguran las autoridades provinciales.
Con información de Télam