En noviembre de 2020, tanto Microsoft y Sony, las dos compañías más importantes en el rubro de los videojuegos, lanzaron al mercado la XboX Series X y la Playstation 5 (PS5), respectivamente.
De esta manera, se inauguraba la etapa de las consolas de novena generación, caracterizadas por una mejor performance que sus antecesoras en materia de procesamiento de gráficos, resolución y velocidad de renderización. Ambas incorporaron la tecnología de los discos sólidos (SSD), ya populares en el mercado por su alta velocidad para la carga de archivos.
Cuando ya ha pasado más de un año de su lanzamiento, llegó la hora de hacer una evaluación de estas dos consolas, así como de comparar sus prestaciones en base a la experiencia obtenida.
Falta de stock
Antes de hablar de las cuestiones estrictamente técnicas vinculadas a ambas consolas, cabe destacar que se trata de productos de difícil acceso. Esto no solamente se debe a sus elevados costos (ambas cuestan $499 dólares en los Estados Unidos), sino porque desde su lanzamiento ha habido escasez de stock, complejizando las posibilidades de adquirir estos productos, sobre todo para quienes están fuera de los países del primer mundo.
A fines de septiembre de 2021, la empresa Sony declaró que había vendido 13,4 millones de PlayStation 5 a nivel global, mientras que Microsoft, si bien ha omitido publicar los números de sus ventas, se estima que se han vendido alrededor de 8 millones de consolas Xbox Series X / S. Estos números están lejos de ser menores, sin embargo, la experiencia de los usuarios es que resulta complejo acceder a cualquiera de las dos consolas.
En los Estados Unidos, el relato de los compradores es que para acceder a comprar las consolas de novena generación, deben inscribirse en listas de espera en las casas vendedoras aguardando que llegue un cargamento con stock que normalmente se agota de inmediato o bien terminan pagando más caro para obtenerlas a través usuarios que especulan con la reventa en Ebay y Amazon.
El problema de la falta de stock no es nuevo en el mundo de las consolas. Anteriormente, durante los primeros años posteriores al lanzamiento, la Wii y la Nintendo Switch atravesaron problemas similares, dejando a sus fanáticos a la espera. Sin embargo, sorprende que afecte a compañías tan prestigiosas como Microsoft y Sony. Dado que ya ha pasado más de un año desde su lanzamiento, es esperable que la oferta empiece a regularizarse en relación a la demanda y que se termine el problema de la falta de stock que está afectando a ambos productos.
Catálogo de videojuegos
A más de un año de su lanzamiento, tanto la PS5 como la XboX X están comenzando a lograr bibliotecas de juegos que justifiquen la compra de ambas consolas.
A fines de 2021, Microsoft lanzó Halo Infinite, un título exclusivo de la XboX X que es el sexto lanzamiento dentro de la serie Halo y que fue recibido de manera favorable por el mundo gamer; mientras que aún estamos esperando el lanzamiento de Horizon Forbidden West, el juego de acción desarrollado por Guerrilla Games y que se publicará de manera exclusiva en el catálogo de Sony.
Más allá de los juegos exclusivos, los nuevos lanzamientos de juegos siguen siendo compatibles con las versiones anteriores de consolas, por lo que, desde ese punto de vista, no se justifica la actualización de la tecnología.
Un dato a favor de la PlayStation 5 y la Xbox X es que ambas son compatibles con los juegos más valorados en el mundo gamer y que fueron producidos por otras compañías. Esta es, sin dudas, una característica muy positiva ya que, adquiriendo cualquiera de las dos consolas se puede acceder a un excelente catálogo de videojuegos.
Características y performance
A primera vista, la PlayStation 5 y la XboX X no se parecen en nada. La consola de Sony se parece a una obra de la arquitectura postmodernista gracias a su forma alargada y sus curvas que le dan aspecto de nave espacial. Mientras que la propuesta estética de Microsoft es mucho más conservadora, asemejando la consola a una CPU o simplemente un parlante.
Sin embargo, ambas consolas son muy similares en sus componentes internos, cuyas diferencias son verdaderamente ínfimas. Ambas incluyen procesadores 8-core AMD Zen, la misma tarjeta gráfica, 16 GB de memoria RAM, prácticamente la misma capacidad de almacenamiento y resoluciones 4k y 8k.
Uno de los temas interesantes para comprar estas consolas es el espacio de almacenamiento. La PS5 permite agregar almacenamiento, pero no es sencillo hacerlo, ya que hay que tener conocimientos básicos de informática para abrir la consola e instalar un nuevo hardware. Esta es la única manera de expandir los 800GB que trae de base, ya que los discos externos no permiten correr los juegos, solo sirven para almacenamiento.
En el caso de la XboX, existe la posibilidad de ampliar la capacidad de base (1TB) a través de comprar tarjetas de expansión que, si bien no son nada baratas ($200 dólares por 1 TB, si se compra en Estados Unidos), se conectan a la consola de manera sencilla, resolviendo el problema de la falta de almacenamiento.
Con respecto al controlador, la PS5 incluye el DualSense, un nuevo controlador que es significativamente diferente de sus versiones anteriores. Esta innovación ha mejorado la capacidad de regular los botones del gatillo, cambiando su resistencia de acuerdo a los factores del juego o del arma, lo que brinda una sensación de mayor realismo al jugador. A su vez, el sistema de retroalimentación háptica otorga una verdadera sensación de tridimensionalidad gracias a que todo el controlador logra vibrar en la palma de la mano.
En conclusión, comprar una consola de videojuego de novena generación es una inversión importante que requiere de cierta reflexión para dar con el producto que mejor se amolde a las expectativas de cada jugador. En el caso de las consolas PS5 y XboX, ambas son consolas excelentes, aunque a juzgar por las ventas, la PS5 es la más popular. Las innovaciones en el controlador pueden ser un factor que lleven a preferir la PS5 pero, más allá de eso, es importante resaltar que sus componentes internos son muy similares y que, por lo tanto, ambas tienen la capacidad de brindar prestaciones muy parejas.
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