Mariano Moreno (1778-1811) fue un importante abogado del Virreinato de las Provincias Unidas del Río de la Plata, lo que hoy serían partes de Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia. También, fue el secretario de la Primera Junta y además, era periodista. En 1810 fundó la Gazeta de Buenos Aires con la ayuda de Manuel Belgrano, Juan José Castelli y Manuel Alberti. Promovió ideas liberales al defender el libre comercio, pero también luchó por los derechos de los pobladores originarios. Se opuso a un proyecto de creación de una monarquía independiente que no hacía más que continuar bajo el dominio español. Esto último, sin dudas, le hizo ganar muchos enemigos.
Su vida es digna de admiración y su muerte digna de dudas: falleció en alta mar en marzo de 1811, durante una misión diplomática y su cuerpo fue arrojado al mar envuelto en una bandera británica. Las causas de su fallecimiento generan interrogantes y se cree que se debió a una dosis errónea de un antivomitivo; a la fecha, incluso se duda si fue accidental. ¿Cuál fue el agente causal de su intoxicación? Según la ciencia, el tártaro emético.
En alta mar, Moreno sufría los efectos del movimiento de la embarcación. Para ayudarlo, el capitán del buque Walter Bathrust le administró un medicamento que detendría los vómitos. Era una mezcla conocida desde la antigüedad, denominada tártaro emético. Aunque no se utilizaba demasiado, la dosis oral fue de cuatro gramos y al instante comenzaron las convulsiones; de hecho era cuarenta veces mayor a aquella que causaba riesgo de muerte. Según cuenta su hermano Manuel, sus últimas palabras fueron: “Viva la Patria, aunque yo perezca”.
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Qué es el tártaro emético y para qué se utilizaba
El tártaro emético es una sal que combina potasio, antimonio y ácido tartárico. Es un medicamento heroico, esto significa que se utiliza en condiciones extremas ya que es muy tóxico. Descubierto en 1631, solo se lo usaba para inducir el vómito en casos de envenenamiento. Más adelante se descubrió que el antimonio presente en la sal provocaba severos efectos en el sistema cardiovascular. Mariano Moreno no tuvo ninguna oportunidad de salvarse frente a la enorme dosis administrada.
También denominado tartrato de potasio y antimonio, se trata de un polvo cristalino -similar a la arena-, inoloro e incoloro a blanco. Es utilizado, entre otros, para el procesamiento de textiles y pieles y también como insecticida. Según explican los expertos puede afectar por inhalación y al pasar a través de la piel. Además puede irritar y quemar -piel y ojos-, como causar erupciones. Por otro lado, si es inhalado, puede causar irritación en la nariz, garganta y pulmones. Entre otros síntomas, la exposición a él puede generar: dolores de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, afección al pulmón y anomalías -por exposición repetida-, úlceras y lesiones nasales, daños en el hígado, el riñón y el corazón.
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Saavedra, ¿el culpable?
En la Primera Junta de Gobierno había dos corrientes de pensamiento. La que, por un lado, encarnaba Moreno que apuntaba a generar cambios profundos en la sociedad y, en el rincón opuesto, Cornelio Saavedra buscaba la llegada de los criollos al poder, pero pretendía mantener el ordenamiento del virreinato con un enmascarado dominio español. Según algunos historiadores, ambos eran acérrimos enemigos y lo demostraban.
Por ejemplo, la noche del 5 de diciembre de 1810, durante un festejo al que Moreno no había sido invitado, un oficial borracho se refirió a Saavedra como el primer rey y emperador de América. Al enterarse de esto, el abogado propuso el Decreto de Supresión de Honores por el que suspendían privilegios al presidente de la Junta. En ese mismo decreto también se ordenaba que cualquier documento que saliera de la junta debería tener la firma de al menos cuatro de sus miembros y la de su secretario. Así, Moreno tenía capacidad de veto y limitaba las facultades de Saavedra.
Finalmente, Saavedra se unió a los diputados del interior y logró frenar la influencia de Moreno. Terminó por enviarlo en misión diplomática a Inglaterra, pero esto no era más que un exilio enmascarado. Aunque no hay evidencias ni documentos escritos, algunos historiadores piensan que la elevada dosis administrada por Bathrust no fue un error. No sea cosa que a Moreno se le ocurra volver.
Con información de la Agencia de Noticias Científicas.