El padre de Lucas escribió una carta en La Garganta Poderosa: "A mi hijo lo acribillaron"

Lucas González fue baleado por la Policía de la Ciudad y murió esta tarde. Su padre escribió una carta detallando lo ocurrido y la grave situación en la que se encontraba después del hecho.

18 de noviembre, 2021 | 19.30

Lucas González, el joven de 17 años baleado en la cabeza por la policía de la Ciudad en Barracas, finalmente murió esta tarde. Su padre escribió una carta en el portal de La Garganta Poderosa, en la que se encargó de detallar lo ocurrido y contó la grave situación en la que se encontraba su hijo después del hecho.

El parte médico de González indicaba que tenía una "condición neurológica crítica". El joven había ingresado al hospital con "deterioro neurológico agudo secundario a herida penetrante, aparentemente causado por un proyectil de arma de fuego". Después de conocerse su estado de salud, el padre de Lucas, Mario González, escribió en La Garganta Poderosa: "Nos vamos a ocupar de que los policías responsables vayan a prisión". 

Antes de confirmarse la muerte del joven, su padre reconoció en esa carta que no esperaba que su hijo mejorara. "Les voy a ser sincero, espero un milagro", expresó al comienzo de su escrito. Con profundo dolor, familiares, amigos y vecinos de Lucas González participaron esta tarde de dos movilizaciones para pedir "justicia" por el asesinato.

 

La carta del padre de Lucas González

Les voy a ser sincero, espero un milagro. Recién estaban haciéndole una serie de estudios a mi hijo. Lucas está respirando sólo porque tiene el aparato prendido, no tiene signos vitales. Necesitamos que ya no ensucien más nada, porque no lo podrán ocultar, está todo claro. Sabemos que los chicos salían de entrenar y les dispararon; nos vamos a ocupar de que los policías responsables vayan a prisión.

Como cada mañana, Lucas viajó de Florencio Varela hasta Barracas Central, donde juega; ayer fue con tres amigos. Cuando terminaron el entrenamiento, salieron en auto y pararon en un kiosco. A las dos cuadras los interceptó un coche de donde bajaron policías de civil, quienes sin mediar palabras empezaron una ráfaga de balas; dos de los tiros dieron en la cabeza de mi hijo. Quisieron instalar que Lucas tenía un arma, pero lo único que tenía mi nene eran los botines y las canilleras. Nunca hubo balaceras, ¡fue víctima de gatillo fácil!

Estaban de civil, sin chalecos, sin chapas, sin uniformes y sin identificación… A Lucas lo acribillaron. Anoche, un cuerpo de la Brigada de la Policía de la Ciudad le dijo a mi mujer que estaban “completamente arrepentidos y avergonzados de lo que había pasado”, y que quedaban a disposición, como si no hubieran sido ellos mismos quienes me lo devolvieron así. Esto pasa porque es un pibito que le gusta andar bien vestido, usar viserita y zapatillas, porque estamos marginados, porque somos humildes y piensan que somos basura.

Hoy, a Lucas lo vienen a visitar de todas partes, tiene millones de amigos. Vuelve de entrenar, come y duerme la siesta. Se había anotado a la noche para terminar la secundaria, así podía seguir jugando, porque su sueño era triunfar en el fútbol. Quiero agradecer a toda la gente que se solidarizó. Sé que desde la Villa 21-24 de Barracas se hará una movilización a la que no creo poder asistir porque estoy acá peleando por la vida de mi hijo. Sigo acá, como puedo, esperando el milagro para luego ir por los responsables hasta que se hagan cargo de la mugre que hicieron, y ojalá esta vez la Justicia no actúe mal.