En un contexto de pandemia, en el que pareciera que la Justicia dejó de funcionar, en San Juan el sistema sigue actuando, pero de manera diferente. Este miércoles se vivió una jornada histórica donde se condenó a prisión perpetua al femicida Esteban Pacheco. El hombre de 24 años fue sentenciado por matar a sangre fría a su exnovia, madre de su hija de 3 años, y su condena fue transmitida por zoom para todos los medios de comunicación. El juicio se desarrolló en la sala III de la Cámara Penal de la Justicia de San Juan con la presencia de los abogados querellante y defensor; del fiscal y del tribunal integrado por Maximiliano Blejman, Silvina Rosso de Balanza y Eugenio Barbera.
Hubo mucha expectativa por esta pena, ya que se trata de uno de los casos que más conmocionó a la provincia en junio de 2018. En ese entonces, la joven apareció muerta en un descampado del Lote Hogar N°55, en el departamento Ullum, ubicado a 35 kilómetros de la ciudad de San Juan.
Ocurrió la noche del 22 de junio, cuando la joven se encontró con su expareja, luego de una reunión familiar, en el descampado donde fue hallada sin vida. La llamó engañada, no se supo lo que hablaron, pero sí que la mató a traición. Tenía 4 cuchillazos en la espalda y golpes en su cara, creen que fueron por los puñetazos que le propinó. La dejó inconsciente y por una de las heridas, colapsó por dentro.
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Nadie la pudo ayudar, no pudo gritar, aunque intentó defenderse por lo que se cree que los golpes fueron antes de los puntazos. Las marcas de las uñas de Leila aparecieron en el rostro del acusado. El ADN determinó que, efectivamente, la joven intentó sacárselo de encima, aunque no había daño genital, pero algo ocurrió.
En el juicio le preguntaron cuándo nació su hija y no supo responder correctamente
El sujeto era el padre de su nena de 3 años, pero nunca se hizo cargo. De hecho, en el juicio le preguntaron cuándo nació su hija y no supo responder correctamente. Nunca le importó; como la madre de su hija, a quien abandonó muerta en ese descampado, donde fue hallada al día siguiente, en una acequia que pasaba por el lugar.
El sujeto se defendió en el juicio, dos años después con una cámara que lo apuntaba, y aceptó que la había visto y que los rasguños fueron de ella, pero no quiso admitir nunca que él la mató, aunque la evidencia fue contundente. Con esa misma frialdad, recibió una condena ejemplar que tendrá la lectura de sus fundamentos el 5 de agosto próximo, a través del mismo mecanismo.
Este fue el primer femicidio resuelto por videoconferencia, en el marco del protocolo Covid-19, aunque la Justicia viene realizando sentencias por el sistema de Flagrancia. La mayor cantidad de resoluciones celebradas por esta conexión, muy pocos tuvieron transmisión abierta, fueron por incumplimiento de los artículos 205 y 239, que marca la falta contra el aislamiento social y obligatorio.
Algo lejos de la pandemia, el último femicidio con condena perpetua en San Juan se produjo en octubre de 2019 a Evaristo Molina, un anciano de 72 años, acusado de descuartizar brutalmente a Yamila Pérez, una joven de 24 años, con quien tenía una relación clandestina. Este último, fue uno de los crímenes más atroces que tuvo San Juan, que fue noticia nacional.