Manipulación, pastillas y abusos familiares: qué dijo Junior Benítez y cómo sigue la causa

El futbolista aseguró que la familia de su expareja, que se suicidió este año, la golpeaba y "empastillaba". Además, negó todos los hechos. Según supo El Destape, las pericias judiciales indicaron rasgos narcisistas y manipuladores. En disidencia, la querella señala rasgos psicopáticos.

26 de marzo, 2024 | 13.57

Este lunes se dio la segunda jornada el juicio oral contra el futbolista Oscar Junior Benítez, en la causa en la que se lo investiga por el delito de "coacción agravada, daño, daño informático, amenazas, desobediencia y tenencia ilegal de arma de guerra" por diversos hechos ocurridos entre 2021 y 2023. Las pericias médicas realizadas al jugador señalan que no presenta "signos-sintomatologías de productividad psicótica", pero que advierten rasgos de inmadurez e inseguridad, reforzados de manera "narcisista" junto a un manejo de impulsos "especialmente hostil" de sus vínculos. Según pudo conocer El Destape, en su declaración el futbolista apuntó contra la familia de su expareja que lo denunció y aseguró que la joven "vivía empastillada" por su padre.

El comienzo del proceso judicial fue el 19 de marzo pasado. El deportista pidió declarar y aseguró que su ex novia lo controlaba y le manejaba las redes sociales y las cuentas bancarias. Cabe recordar que la causa nació a partir de una denuncia realizada por la familia de su exparejaAnabelia Ayala, quien se suicidó a principios de este año después de sufrir violencia de género, razón por la cual también está siendo investigado. A su vez, durante su declaración, Benítez intentó señalar como "sospechosos" a los familiares y no mostró ningún tipo de arrepentimiento por los hechos denunciados.

La declaración de Oscar Junior Benítez

El futbolista dio detalles del inicio de la relación a quien conoció a través de redes sociales y también de su viaje a México, tras dejar Boca Juniors, para jugar en el Club Atlético de San Luis. Ella viajó a dicho país, donde le alquiló un departamento -ya que él vivía con su mujer y sus cuatro hijos- y continuó con la relación a pesar de que, en varias ocasiones, sostuvo que ella "demandaba y exigía mucho tiempo" y que esté "pendiente al 100%". En su declaración relató que discutían por "problemas de celos", específicamente por mujeres que le escribían en su cuenta de Instagram; que por enojos ella se volvía a Buenos Aires y que el futbolista le pagaba los pasajes para que regrese a San Luis Potosí. Luego dijo que atravesaron situaciones similares durante su tiempo en Ecuador, cuando fue jugador de Delfín Sporting Club.

Con respecto al vínculo que los unía, el futbolista señaló que Anabelia le manejaba las redes sociales y "sin autorización", también las cuentas de los bancos tras "adivinar" las diferentes contraseñas. Incluso, apuntó que tuvo problemas con ella por temas de dinero faltante. Durante su relato, aseguró que su carrera se veía afectada por la situación con la familia Ayala y cuando llegó a Atlético Tucumán, intentó cortar la relación. En ese contexto, Benítez indicó que comenzaron las "presiones" "hostigaciones".

Por otro lado, comentó que la joven le contó diversos "problemas" que atravesaba en la casa, con su familia y apuntó específicamente contra el padre (Juan Carlos) por maltratos y discriminación contra su hija. Benítez sostuvo que Anabelia "se automedicaba y era de tomar muchas pastillas", medicación que -según él- era brindada por sus padres, con quienes no tenía buena relación. En una ocasión recordó que su padre la golpeó, situación que él conoció desde México porque el propio Sr. Ayala la habría filmado en ese momento mientras se burlaba de la joven.

De todas formas alegó haber perdido el video que pruebe dicho momento porque cambió el celular y no retuvo los datos. "Quizás vivía empastillada por los golpes que le propiciaba Ayala. Yo tenía grandes dudas, sé que hubo más que golpes", dijo según pudo saber El Destape.

La familia Ayala denunció todo tipo de violencia de Benítez contra Anabella, antes de su suicidio.

En relación a las imputaciones negó haber eliminado archivos de la computadora de los Ayala por no saber cómo se manejan -dijo nunca haber tenido una- y acusó a Anabelia de manipular dicho elemento; también sostuvo no haber estado presente en el domicilio de la familia ni haber pinchado las cubiertas del vehículo del padre. Mientras que, por otra parte, señaló que él no quemó cosas de Anabelia en la puerta del domicilio sino que fue ella quien decidió deshacerse de pertenencias y regalos de una expareja que la maltrataba.

A su vez, "Junior" Benítez confirmó que tiene portación de arma, que se había vencido la tenencia un mes antes del allanamiento a su domicilio y que la encontraron descargada en el placard de su hija, acusando a Anabelia la había encontrado y la cambió de lugar. "Jamás la saqué del domicilio -en relación a la denuncia por amenazas con dicha arma a Juan Carlos-, solo mantuve una discusión con tono de voz elevada de unos minutos con Anabelia por los problemas de celos. En esa ocasión, el Sr. Ayala salió a los gritos y me pegó una piña de atrás. El arma la tengo porque convivo con mi mujer y cuatro hijos... Varias son mujeres", se justificó. Y concluyó diciendo que "jamás" denunció a la familia por los supuestos maltratos o por los golpes que la policía le habría propiciado en uno de los episodios.

Qué dicen las pericias judiciales de Junior Benítez

La perito psiquiatra de la oficina de Asesoría Pericial Departamental de Lomas de Zamora, Adriana Patricia Fourgeaux, señaló que a la hora de las entrevistas se presentó un sujeto con actitud psíquica activa, orientado auto y alopsíquicamente, con conciencia de situación" y que su atención es "estable". Además, dijo que no se detectaron alteraciones en la sensopercepción y la memoria. "El juicio se encuentra conservado", sostuvo y añadió que, a lo largo del exámen, "no se observan alteraciones, estando el caudal de su agresividad contenido".

Frente a ello, la perito judicial subrayó que "no presenta signo-sintomatologia de productividad psicótica, ni de descompensación en su estructura de base" y que al momento de la lectura de los hechos "no surgen evidencias de que el imputado hubiera presentado una perturabación que afectada su capacidad judiciativa". Además agregó que no padece "alteraciones morobosas, ni de insuficiencia de sus facultades mentales" al momento de la entrevista ; mientras que tampoco surgen evidencias que al momento de los hechos "hubiese sufrido alguna alteración de la conciencia que afectara su capacidad judicativa".

Según la perito, en la actualidad no presenta "índices de peligrosidad psiquiátrica" y concluyó que es una persona que "puede en el momento actual comprender la criminalidad de sus actos y dirigir sus acciones".

Por su parte, el perito psicólogo del Departamento Judicial, Federico Iriart, aportó en su infome que "su actitud durante el proceso de evaluación, denota tendencia al control y escasos matices afectivos" y que "no se observa producción psicótica que implique un corte vital con la realidad" ni una "perturbación de significación patológica" en lo que refiere a la función cognitiva. También observó que implementa dicha tendencia al control a través de "mecanismos defensivos del orden de la racionalización, la negación y la inhibición".

Además de la "inhibición de cierta carga de ansiedad", el experto remarcó que se advierte "rigidez en el control de impulsos, que ante situaciones que adquieren cierta intensidad afectiva, puede generar la actuación impulsiva a la manera del acting out (NdR: actuación, paso al acto. Hace referentecia a la expresión de recuerdos inconscientes a través de la acción y la conducta, en vez de reflexiones o sentimientos; es visto como una "forma de resistencia"). En cuanto a lo que refiere a la instancia psíquica del yo, el perito señaló: rasgos de inmadurez e inseguridad, reforzados de manera "narcisista"; capacidad de reconocer la "norma socialmente consensuada" y trasgedirla con justificativos; y "construir por un lado vínculos empáticos, tiernos, pero inmaduros y superficiales como los establecidos con su familia y por otro pasionales como los generados con los denunciantes".

En conclusión, el psicólogo marcó que lo expuesto a lo largo del informe es compatible con "una esctructura de personalidad que presenta rasgos de estilo histérico, como forma más elaborada y rasgos narcisistas como estilo más regresivo" aunque no observó signos o síntomas compatibles con una personalisas psicópatica "pero puede presentar un manejo de impulsos especialmente hostil" frente a experiencias con intensidad afectiva. "No se advierten rasgos tóxicos", añadió. Tampoco reparó en la inexistencia de transtornos o capacidad fabulatoria, sí -en cambio- cierta "disociación en la construcción de vínculos interpersonales". Y cerró: "Puede presentar agresividad y una interacción de manipulación en aquellos vínculos sentidos como pasionales".

Pericia en disidencia de la parte damnificada: cómo sigue la causa

Más allá de lo que plantearon los peritos presentados por la Justicia, Rafael Ángel Herrera Milano, reconocido perito psiquiatra del particuar damnificado, presentó un "dictamen en disidencia, parcial y ampliatorio" en relación al informe oficial. En primer lugar, ante la negativa de Benítez sobre haber atravesado otras operaciones a las mencionadas en sus meniscos, manifiestan que esto es falso ya que posee una "lengua bífida" -intervención quirúrgica de cambio estético-, "dejando vislumbrar ciertos rasgos de personalidad que escapan a la media poblacional". Es decir, mintió en su declaración.

Por otro lado, el perito disiente respecto al exámen psiquiátrico realizado ya que, según indicó, no es posible mantener una "supuesta estabilidad" si existe evidencia de "disociación ideo-afectiva"; remarcando de esta forma que la "estabilidad actuada" es común en determinados trastornos de personalidad. Y apuntó contra su colega por una contradicción al decir que "en la esfera volitiva no se observan alteraciones, estando el caudal de su agresividad contenido al momento del exámen", lo que lleva a la deducción de que el peritado "es una persona agresiva pero que al momento de la pericia se encontraba controlado/contenido"; es decir, que existe una actitud latente.

Benítez omitió la operación que se realizó para tener una "lengua bífida" al declarar.

Herrera Milano subrayó, al mismo tiempo, la existencia de rasgos como "aplanamiento afectivo, disociación ideo-afectiva, impulsividad/agresividad contenidas" que según indica permiten inferir que Benítez "presenta un Transtorno de Personalidad No Especificado" y que el "narcisismo" que forma parte de su personalidad, se vincula a la "frialdad" demostrada por lo que "no es posible descartar rasgos psicopáticos", agregó. Por último, sentenció que "el mismo tiene tendencia a la auto/heteroagresión (contra otros) y a la manipulación de terceras personas".

"El relato es inverosímil. Siguiendo siempre su relato, era un analfabeto digital, que no sabía usar computadoras. Se posicionó en el rol de víctima, fabulando, trató de poner un manto de sospecha en la familia. No es cierto, no hay nada", expresó el abogado Rodrigo Tripolone a este medio en relación a la presunta automedicación que denunció. "Si se automedicaba, no puede dejar de un momento para otro... Tendría que haber tenido síndrome de abstinencia", aseguró el querellante luego de que Benítez asegurara que solo tomaba pastillas en el ámbito familiar y no con él. Y concluyó: "Es un mentiroso que no tiene remordimientos".

Si bien los alegatos iban a llevarse a cabo el miércoles próximo, la fecha se modificó para el próximo martes 3 de abril luego de las testimoniales del pasado lunes. Cabe recordar que si el exjugador de Lanús y Boca Juniors es hallado culpable, podría recibir una pena de hasta 14 años de prisión

 

Línea 144: atención, contención y asesoramiento en situaciones de violencia de género. Por WhatsApp: +5491127716463.